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Efectos secundarios de las Campañas Negras ¡Cuidado!

Por Daniel Fajardo / /

El uso ilimitado e irresponsable de las redes sociales originan efectos secundarios cuyas facturas, en cuestión de imagen, se pagan tiempo adelante.

El fenómeno de comunicación residual que los receptores heredan de comunicaciones acumuladas en su memoria son prácticamente imposibles de predecir, en cuanto a las resultantes que las personas pueden manifestar en conjunto de comunicaciones presentes, es decir, ¿podrá tener el efecto planeado un spot que se diseña y lanza llegando a su receptor cuya mente comparará el mensaje actual con la opinión acumulada en su memoria?, ¿Qué tipo de respuesta puede "predecirse" cuando no conocemos lo que la mente almacenó en cada una de las personas a quienes va dirigido el mensaje?

Analizando el subconsciente

¿Cuántos mensajes de política recuerda usted haber recibido en los últimos 5 años?, ¿cuántos de ellos se quedaron almacenados en su subconsciente? Y en particular me refiero a los que provienen de campañas negras, donde se ha desprestigiado a candidatos y partidos políticos.

Si alguno de ellos le impactó y lo mantiene en un nivel muy superficial del subconsciente, volver a ver en un medio de comunicación el logotipo del partido político que haga referencia a ese recuerdo, es más que suficiente para que el sentimiento que en su momento tuvo renazca inclusive creando un nuevo mensaje,

Solo basta un pequeño estímulo para que éste se estimule para hacer una continuación de esa impresión original que duerme pasivamente en el subconsciente pero que en el momento de renacer, el efecto que éste puede tener es prácticamente imposible de determinar en cuanto a su forma e impacto final a nivel de efectos masivos.

Resultado del mensaje

Todo mensaje está destinado a tener como éxito una actitud que se traducirá en una conducta, ¿cuál podría ser el éxito real de una campaña política negra ante este fenómeno de comunicación acumulada?

No hablamos de un partido en particular, sino la cantidad de mensajes que por meses recibimos de todos los partidos, donde todos hacen evidente que ninguno es bueno y que prácticamente terminamos votando "por el menos peor"

Los políticos no calculan esta factura futura, insisten en arrancar sus campañas con estrategias de propaganda negra, el chiste es ensuciar al otro para que el rival inicie navegando contra la corriente, pero se pierde la noción del trabajo en equipo, desprestigiar al rival es desprestigiarse indirectamente, es hacer perder la confianza del elector de sus instituciones que indirectamente provocan que se pierda la fe indirectamente en todos los partidos.

Cuando estas instituciones decidan jugar limpio y tratar de recuperar a los votantes tratando de legitimar el sistema, ¡quizás podría ser demasiado tarde! Hemos visto desplomarse con cifras cada vez más marcadas el interés de los ciudadanos por votar, cada vez son menos creíbles son sus palabras e imágenes aunque paradójicamente, las campañas de propaganda negra nos diviertan con sus contenidos y la creatividad de los mismos al momento de ridiculizar a un candidato y convertir nuestro minúsculo y corto proceso electoral, en un circo mediático donde gana el pueblo en entretenimiento y pierde el sistema en consolidación política.

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