Puebla es la segunda entidad que peores salarios tiene para los policías estatales, con un promedio de 7 mil 200 pesos mensuales, según reveló el estudio “¿Tenemos la policía que merecemos?” de la asociación civil Causa Común, que dirige María Elena Morera.

El gobierno que menos paga a sus uniformados es el de Chiapas, que mensualmente entrega 4 mil 374 pesos; le sigue Puebla, que en promedio paga 7 mil 200 pesos; en tercer lugar Yucatán que tiene un salario asignado a sus policías de 8 mil 105 pesos y después se encuentran los estados de Tlaxcala y Oaxaca, donde los miembros de los corporativos cobran 8 mil 400.

Según el estudio, al contrario de estos cinco estados, los salarios más altos son se encuentran en los estados de Baja California, donde los uniformados ganan 19 mil 800 pesos, Nuevo León estado donde pagan 16 mil 349 pesos, Chihuahua, donde ganan 16 mil pesos, Sinaloa, con 14 mil 500 pesos  y Baja California Sur, donde ganan 14 mil pesos.

Sin embargo, Puebla es una de las seis entidades a nivel nacional que dieron de baja a la totalidad de los policías que no aprobaron las pruebas de control de confianza, junto con estados como Campeche, Coahuila, Querétaro, Tamaulipas y Nuevo León.

Además la Academia Ignacio Zaragoza es reconocida como el sitio con las mejores condiciones para  la capacitación inicial y continúa de sus uniformados. Puebla también destaca por ser de los pocos estados que al menos provee dos años de capacitación a los aspirantes a uniformados.

A pesar de esto, la organización civil insiste que la principal falla de los cuerpos policiacos, a nivel nacional, proviene de los gobiernos estatales ya que “los gobernadores no cumplen su principal función” por lo que el estudio concluye en que los mexicanos “no tenemos la policía que merecemos”.

Recientemente, la Policía Estatal Preventiva en Puebla fue blanco de críticas a nivel nacional luego que Marco Antonio Estrada López, hasta entonces su director general, fue sorprendido por elementos del Ejército Mexicano y la Procuraduría General de la República junto con el titular del Grupo de Operaciones Especiales, Tomás Méndez Lozano, mientras cargaban 31 camionetas con combustible recién ordeñado de ductos de Petróleos Mexicanos en la zona de Tepeaca.