En el estado de Puebla la Iglesia Católica se convirtió en un cómplice más de la #LeyBala, pues el Arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, se negó a emitir postura sobre el enfrentamiento entre Policías Estatales y pobladores de la comunidad de Chalchihuapan, que dejó como saldo 70 pobladores y 47 policías heridos.

Tras oficiar la misa dominical en la Catedral de Puebla, el arzobispo fue cuestionado por los medios de comunicación sobre la aplicación de la #LeyBala en la manifestación ocurrida el pasado 9 de julio, en la que Policías Estatales dispararon tubos de gas con punta de goma a los manifestantes que se oponían al retiro del Registro Civil en las juntas auxiliares, a lo que el arzobispo contestó "No tengo ninguna opinión" y dio por terminada la entrevista.

De acuerdo al diario El Popular, desde el 2012, existe un conflicto entre los pobladores de San Bernardino Chalchihuapan por la posesión de una capilla, de donde fueron desalojados los fieles que no pertenecían al movimiento antorchista.

En aquél tiempo el obispo auxiliar y hoy secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Eugnio Lira Rugarcía, buscó el diálogo entre ambas partes para resolver el conflicto, sin embargo no obtuvo una respuesta positiva pues actualmente se ofician dos misas dominicales para los dos grupos de católicos que ahí radican, unos simpatizantes del PRD y otros al movimiento antorchista.

La Iglesia Católica junto con los líderes priístas Pablo Fernández del Campo, Carlos Sánchez Romero, y el líder del PAN en el estado, Rafael Micalco, se convirtieron en cómplices de la #LeyBala que dejó como saldo 47 policías y 70 pobladores heridos, entre ellos un menor que perdió la mano izquierda; el caso de Filemón Precio Grande, herido con proyectiles de gas en el abdomen; Martín Xelhua quien fue impactado al lado izquierdo del rostro a la altura de su quijada y Hugo Jiménez quien perdió un ojo tras haber sido golpeado por uno de los artefactos con punta de goma.