En mayo de 2006, Norma Jiménez fue torturada sexualmente por elementos de la Policía Federal Preventiva y del Estado de México cuando protestaba en Atenco, Estado de México. Estudiaba Artes Plásticas y cuando llegó a la cárcel creyó que el abuso era parte de una estrategia de la policía para inhibir la protesta. Y se equivocó.
Creí que la policía traía la orden de hacernos eso porque estábamos protestando, pero no, me di cuenta que es inherente a la detención de una mujer. El tocar tu cuerpo, ultrajarte, el estar ahí para el placer de un policía. A mí me dijeron: ‘el policía se excitó, le gustaste’, te dan esa explicación misógina y llena de condena hacia la mujer. La mayoría de las mujeres que van a la cárcel se enfrentan con eso”, recordó Jiménez.
Norma lucha hoy por quitarse el estigma de víctima ante la sociedad: “no soy una víctima, soy una sobreviviente de tortura y tengo que reconstruir una identidad a partir de lo que ocurrió”, dijo a SinEmbargo.
Como Norma, millones de mujeres sufren algún tipo de violencia en México. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estima que más de 60 de cada 100 mujeres mexicanas mayores de 15 años ha padecido algún incidente de violencia en su vida, ya sea de pareja u otras personas.
Pero existen dos tipos de violencia extrema en contra de la mujer: el feminicidio y la tortura sexual, ambas arraigadas en México, explicó Catalina Ruiz Navarro, de JASS Asociadas por lo Justo, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.
Digamos que estos dos son los tipos de violencia más extremos que hay en contra de una mujer, pero existen otros tipos, como el ir por la calle y que un hombre se sienta con el derecho de decir algo a una mujer, en la familia, en el trabajo”, explicó.
Ruiz Navarro detalló que la violencia de género sucede muy cerca de cada mujer y en todos los rincones del mundo. No tiene que ver con que un país sea más desarrollado que otro, ni con cultura, raza o estrato social: “la desigualdad entre hombres y mujeres viene de hace siglos”.
La mujer mexicana y los hombres mexicanos tienen que aprovechar mañana [hoy] para hacer conciencia de las gran vulnerabilidad y peligro que significa ser una mujer en México hoy en día y siempre. Si algo hay que celebrar será a las mujeres valientes, a las defensoras de derechos humanos, a las activistas y sobrevivientes de violencia de género. Es un día para tomar conciencia sobre la grave situación que vive el país, que no ocurre de manera aislada, la violencia contra la mujer ocurre en todos los ámbitos, en los lugares más íntimos y cercanos a todos”, dijo.
En cuanto a las cifras, la experta detalló que en el país no existen los datos exactos, debido a que detrás de un número, hay una cifra negra, un subregistro que no se ve y que es difícil de calcular.
FEMINICIDIO: UN DELITO DIFÍCIL DE ACREDITAR
Aunque en México la mayoría de los estados tipificaron ya el feminicidio como delito y se avanzó en el marco normativo, lo cierto es que acreditar el asesinato de una mujer como tal, es casi imposible en más de la mitad de las entidades, dijo María de la Luz Estrada, coordinadora ejecutivo del Observatorio Ciudadano Nacional contra el Feminicidio.
De acuerdo con María de la Luz y los últimos datos del observatorio sólo en 14 estados se puede acreditar el feminicidio y en 17 es difícil o imposible hacerlo.
El feminicidio es violencia extrema que acaba con la vida de las mujeres y es una deuda que el Estado tiene pendiente. En este día internacional, no sirve avanzar en derechos políticos y ciudadanos si a las mujeres las siguen asesinando por el hecho de ser mujer. Vivimos una tragedia, porque a pesar de que avanzamos en marcos normativos, no está repercutiendo de manera positiva para prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres”, dijo Estrada.
Simplemente el tipo penal del feminicidio en México no permite que acreditar los casos. Por ejemplo entre 2012 y 2013 el Observatorio documentó que de 3, 892 asesinatos a mujeres en dos años, sólo 613 fueron investigados como feminicidios.
Eso no quiere decir que fueron sentenciados: en el caso de Querétaro, de los únicos cinco casos que investigó como feminicidios y consignados, fueron reclasificados por las autoridades judiciales como homicidio calificado”, explicó.
En Tamaulipas no se acreditó, según los datos, ningún feminicidio, mientas que Aguas Caliente, Baja California Sur, Baja California, Durango, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Nuevo Léon, Tamaulipas, Tlaxcala y Zacatecas, sólo acreditaron unos cuantos.
En el caso del Estado de México de 535 asesinatos de mujeres, sólo fueron investigados como feminicidios 92; en Coahuila de 298, cuatro; en Guerrero de 297, 29 y en Chiapas de 155, 89. María de la Luz dijo que el delito de feminicidio busca contribuir en la política criminal con perspectiva de género, para evidenciar que a las mujeres se les asesina por ser mujer.
Del total de los casos reportados, 21.7 por ciento fueron tiradas en terrenos baldíos, tiraderos, parques y aguas negras, mientras que 10 por ciento fueron localizadas en sus viviendas.
Pero en un 65 por ciento de los casos la autoridad desconoce en el lugar dónde fue asesinadas la mujer y cuando se trata de feminicidio esto es importante. Toda muerte violenta de una mujer se debe investigar como feminicidio”, dijo.
Estrada indicó que aunque se avanzó en el marco normativo y se tipificó como feminicidio, no sirve de nada si no pueden acreditarse como tal. Si al tipo penal imposible de México, se le suma la falta de una alerta de género que las organizaciones civiles han solicitado en distintos estados del país, sin éxito, el feminicidio es algo que los gobiernos buscan mantener como si no sucediera, agregó María de la Luz.
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