La idea era un arma de dos filos: por un lado, habría representado un ejercicio ciudadano sin precedentes con verdaderas posibilidades de robar votos a los partidos de siempre. Por otro lado…. bueno, por otro lado, pues era el payaso “Lagrimita”. Con todo, la idea ha quedado frustrada luego de que el INE entregara un dictamen en el que determina que, de las 26 mil 700 firmas que entregara para el registro, 5 mil eran inválidas, lo que le impide cumplir con la meta de 23 mil 887 .
Los aspirantes a candidaturas independientes tienen las cosas verdaderamente difíciles para llegar a registrase, es decir, simplemente para aparecer en la papeleta electoral el día de los comicios. Deben presentar el respaldo previo del 2% de la lista nominal, mientras que los partidos de siempre sólo están obligados a presentar un respaldo previo del 0.2%: 10 veces menos. Además, cada firma de respaldo debe venir acompañada por una fotocopia de la credencial para votar del ciudadano. Sobra decir que no es de lo más sencillo hacer que un vecino desconocido te dé una fotocopia de la credencial de elector.
Sin embargo, el mayor de los obstáculos es la falta de cultura democrática: dar tu firma a un precandidato independiente no significa votar por él, sino darle la oportunidad de dar sus argumentos y propuestas para ver si gana o no tu voto. En concreto: el payaso “Lagrimita” debió obtener todas las firmas necesarias para convertirse en candidato independiente. Lo lamentable es que no haya más, muchos más pidiendo un espacio para levantar la voz y hacer las propuestas que los ciudadanos esperan. Lo lamentable es que no haya verdaderos candidatos que estén dispuestos a servir a la gente y no a sus jefes políticos.
El resultado del análisis del INE ya fue entregado al IEPC. Personal del último organismo informó que al menos 5 mil firmas no cumplen con los requisitos necesarios: algunas se repiten, otras no vienen acompañadas de la fotocopia de la correspondiente credencial de elector, etc.
Por su parte, el propio “Lagrimita” fue señalado varias veces por algunas de sus prácticas y por la falta de conocimiento del proceso electoral. Por un lado, al principio del proceso ignoraba que las firmas que estaba recolectando debían venir acompañadas por la susodicha fotocopia y, por otro lado, reclutó a un centenar de jóvenes para recabarlas a través de la empresa Trascendencia Humana, vinculada con el PRI en la entidad por formar parte del grupo de empresas al que fue otorgada la concesión para la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero.
Eso sin mencionar la falta absoluta de un proyecto de gobierno real y sus intenciones explícitas de poner a compañeros payasos en puestos de gobierno porque “son buenas personas”.
Ante el rechazo de “Lagrimita” debemos preguntarnos dos cosas: ¿tiene el INE un interés verdadero en la participación de los candidatos independientes en los procesos electorales del país? y, por otro lado, ¿en serio es “Lagrimita” el único candidato independiente que puede surgir de entre los ciudadanos?