Cuando Alfredo Figueroa habló de “Flor de Calabaza Amarilla” a todos se nos puso chinita la piel. Y es que muchos conocen a Selene Ríos, pero pocos la conocieron realmente en sus inicios, como la reportera aguerrida que luchaba contra Mario Marín.
Sucedió la noche del viernes 6 de mayo, una noche que recordaremos como el día que fue lanzado el libro de Selene Ríos, su novela póstuma “La Desilusión de Dios”.
Sí, fue sorpresivo para muchos enterarse que Selene había dejado escrita una novela, pues este trabajo era su tesis para titularse de la maestría en Letras Iberoamericanas.
“La Desilusión de Dios” está basada en la investigación periodística que hizo Selene del cura pederasta de Tehuacán, Nicolás Aguilar, acusado de violar a más de cien niños en México y Estados Unidos.
Su publicación fue posible gracias a su familia, quienes desde su muerte intentaron recuperar el libro de Selene Ríos.
Desde hace unos seis meses se comenzó a trabajar en le proyecto con el objetivo de que estuviera listo para el aniversario de CENTRAL, el 16 de abril.
Se logró.
Fue Marco Menéndez el encargado de la edición y corrección de estilo de la obra que, en vida, Selene trabajó con su asesor de tesis, el catedrático de la Universidad Iberoamericana Puebla, José Sánchez Carbó.
En sus últimos días Selene quiso ponerle un final a la obra, pero no le alcanzó el tiempo. Sin embargo, Marco Menéndez y José Sánchez Carbó consideraron que lo mejor era dejarla intacta, tal como la había dejado.
La obra ya está impresa, 500 ejemplares en este primer tiraje que es orgullo de sus familiares y amigos, sobre todo de sus padres Doña Soco y Don Chilolo.
Durante la presentación a la que acudieron familiares y amigos muy cercanos a Selene Ríos, Figueroa habló de cómo encontró la voz de Selene durante toda la prosa, su personalidad aguerrida e irreverente.
En el libro podrán encontrar el epílogo de Edmundo Velázquez con los datos más actualizados del caso de Nicolás Aguilar.
Selene Ríos dejó este libro terminado con la firme idea de que Nicolás podía seguir vivo, podía seguir haciendo daño. Selene no pudo tocar estás páginas, pero dejó un legado: no olvidar el daño hecho a los niños. No olvidar el silencio de autoridades clericales y civiles. No olvidar a Lucio, a Joaquín, a tantos niños abandonados”.
También está el prólogo escrito por José Sánchez Carbó:
La novela de Selene, producto de la indignación, el compromiso, la investigación social y periodística, la sensibilidad y la inteligencia, sin duda, no dejará indiferente a ningún lector o lectora”.
No soy yo para agradecer a todos los que asistieron a la presentación. Las casi 250 personas que se reunieron en la Casa del Mendrugo pudieron ver cuán agradecida está la familia de Selene de que la sigan recordando.
Lean su obra y compártanos qué les ha parecido.
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