¡Felicidades! La Biblioteca Infantil Comunitaria Apapacho celebra un año más de trabajo y promoción de estrategias para el fomento a la lectura entre los niños, niñas y adolescentes. Para este su cuarto aniversario, echará la casa por la ventana con un festival y una rodada en el municipio de San José Chiapa.
La promotora y fundadora Renne Vélez Dolores comentó para Revista Rayas que el festejo por el cuarto aniversario se llevará a cabo el día 30 de mayo de 11:00 a 15:00 horas, al aire libre bajo una temática en torno a las maravillas del universo y el espacio, que incluye talleres científicos, poesía, arte, música y más.
Ahí se reunirán los invitados especiales del evento, entre ellos la Red de Bibliotecas Ciudadanas (Rebici), el colectivo El Callejón del Gañán, Mere Rivera de la sala de lectura La Quimera, Rosario Ramírez de la Cuca Monga y el Consejo Puebla de Lectura.
“Apapacho abrió sus puertas un 27 de mayo de 2017 y durante estos 4 años hemos hecho trabajo de gestión cultural, talleres, promoción de la lectura y otras actividades lúdicas en favor de la comunidad infantil. Este año, nos acompañarán promotores de otros colectivos y organizaciones y estamos muy emocionados de volver a tomar los espacios para que los niños, niñas y adolescentes puedan seguir haciendo comunidad y encontrar en la lectura, un mundo lleno de posibilidades”, dijo Renne Vélez.
Debido a las restricciones por la pandemia de covid-19, los organizadores decidieron que se vigilará que los asistentes cumplan con los protocolos de sanidad como el uso de cubrebocas, gel antibacterial y toma de temperatura. A los niños se les pide acudir acompañados por un adulto.
Además, evitarán vender comida al interior del salón jardín ubicado en la 14 norte entre 8 y 10 oriente, lugar que fue facilitado por el ingeniero Arturo Graciel López Velez con el objetivo de apoyar la labor de la biblioteca comunitaria.
Previo a la pequeña fiesta, los ciudadanos están invitados a participar en la rodada que saldrá desde la biblioteca (calle 20 sur #2 de la colonia Centro) hacia el jardín en punto de las 11:00 horas.
Apapacho no olvidó a la infancia durante el año de pandemia
Con el reciente cambio de color en el semáforo epidemiológico en Puebla, el staff de la biblioteca comunitaria decidió retomar las actividades presenciales el pasado 9 de mayo y brindar un servicio esencial a la comunidad, especialmente a los niños y niñas que han sufrido el aislamiento en casa y que no han podido cubrir sus necesidades de convivencia y aprendizaje.
“La importancia de reabrir estos espacios para los niños, niñas y adolescentes, está ligada al acceso a la cultura y educación que por derecho tienen. La pandemia ha invisibilizado sus derechos y necesidades y los programas de gobierno solo se enfocan a cubrir las de los adultos. Necesitamos seguir trabajando para que ellos puedan seguir desarrollándose, imaginando y llevar una vida llena de felicidad y bienestar”.
Apapacho cambió la forma en que los pequeños interactúan. Las sesiones se realizan en un amplio jardín donde se colocan pequeñas alfombras para situar a los visitantes y respetar la sana distancia. Aquí también se encuentran libros, tijeras, hojas, pegamento, colores y todo el material necesario para dejar volar su imaginación.
Los “Apapachos literarios” tienen un programa bastante divertido. Se realiza un saludo colectivo (de lejitos), lecturas en voz alta, exploración de libros, actividades de dibujo o manualidades (dependiendo de la temática de la sesión), un juego y otra lectura en voz alta. Finalmente se despiden y como recordatorio se les pide utilizar cubrebocas en todo momento.
Los tiempos fueron difíciles, principalmente a mediados y finales de 2020. Sin embargo, Renne y todo el equipo no se rindieron, por lo que emprendieron el proyecto “Lecturas rodantes, palabras andantes”, en el que a través de un triciclo y un megáfono, realizaron jornadas de lectura hasta la casa de los pequeños.
“Desde que salimos en el carrito la respuesta fue muy favorable. Todos disfrutaban de las lecturas, algunas veces les llevábamos adivinanzas y todos participaban. Están emocionados de regresar y tener un espacio donde puedan sentirse un poco más libres. Esta temporada los niños han tenido que meterse en las tareas del campo o el trabajo en casa, pero han estado muy restringidos en los espacios de encuentro y esparcimientos. Esto los ayuda un poco a quitarse un peso de encima y sentir mayor bienestar”
