Hecho en Puebla

Cuatro generaciones de mujeres han heredado la receta de los molletes de Santa Clara

- Diseño: Sam Navarrete

La invención de este delicioso postre de temporada se atribuye a doña Josefina López Guillemin, una mujer amante de la cocina tradicional poblana y devota a la Virgen de Santa Clara de Asís que hace más de un siglo elaboró el pan con motivo de las celebraciones eclesiásticas del 12 de agosto

Por Carmen González/@carmenldn /

En la famosa Calle de los Dulces del centro de Puebla, El Convento de Santa Clara, un negocio familiar con 114 años de tradición, liderado por cuatro generaciones de mujeres, es considerado la cuna de los originales molletes poblanos.

Revista Rayas conversó con Monserrat Bojalil, actual encargada de la tienda y miembro de la cuarta generación de mujeres que han estado al mando de la dulcería fundada en 1907, y ubicada en la 6 oriente 210.

Recordó que la historia del mollete comenzó a escribirse alrededor del año 1890, cuando Josefina López Guillemin, su bisabuela, una mujer trabajadora, amante de la cocina, dueña de una imprenta y devota de la virgen de Santa Clara de Asís, decidió preparar un pastel con motivo de la fiesta patronal que se celebra en su honor el 12 de agosto.

Le encantaba cocinar, esta actividad la llevó a incursionar en la venta de dulces típicos poblanos. Era una mujer muy ocupada y creativa, amante de los platillos populares y tradicionales que distinguen a Puebla y que siempre preparó con amor” señala su bisnieta.

En el proceso de experimentación en su intento por crear un pastel apetitoso, único, original y con ingredientes representativos de Puebla que normalmente eran utilizados en las recetas de origen conventual, Josefina añadió por accidente la cobertura de jamoncillo de pepita al pan tipo concha con relleno de crema tipo natilla o “creme brulee” con notas de ron y ralladura de coco que tanto distingue a este postre.

La familia de El Convento de Santa Clara coincide con historiadores y expertos en gastronomía en una cosa: el pan no tiene un origen relacionado con los Chiles en Nogada, sin embargo, la proximidad entre celebraciones lo han convertido en el postre oficial de la temporada.

 Además de doña Josefina, la familia conformada por Graciela Espinosa, Montserrat Simón y Montserrat Bojalil han logrado mantener por más de un siglo la venta de molletes, con ayuda de Don Ángel, su hija Pilar y su nieto Gustavo, quienes cada temporada producen cientos de molletes rellenos de abundante y deliciosa crema, cuyos ingredientes son completamente naturales y el proceso de preparación es 100% artesanal.

El pastel viene en un sólo tamaño, tiene un costo de 85 pesos y se puede dividir en suficientes porciones para una familia de 5 o 6 personas. Debido a su creciente popularidad, el mollete se vende desde el mes de junio hasta el 15 de septiembre y también se puede encontrar en su tienda hermana, Gran Camotería La Clarita, en la 6 oriente 210-C.

Monserrat Bojalil sabe que hay muchas personas intentando copiar o reproducir la receta original de este postre, sin embargo, son difíciles de encontrar en cualquier panadería, repostería o dulcería del centro histórico.

El resguardo de este secreto gastronómico de gran valor para la cocina poblana, hacen que El Convento de Santa Clara sobresalga de otros comercios.

Es un orgullo mantener las tradiciones, darlas a conocer y saber que la gente se enamora de nuestra receta porque reconoce la calidad de nuestro producto. Queremos que todo el mundo conozca los tradicionales dulces poblanos, los camotes, las tortitas, los macarrones, el durazno prensado, los picones y toda esa gama de sabores que representan nuestra identidad y creatividad al interior de la cocina”.

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