Llena de historia y tradición, la estación en Puebla de Ferrocarriles Mexicanos, cumplió 152 años de haber sido inaugurada y te traemos 13 datos que probablemente desconocías sobre la forma en que operó durante sus primeros años.
Antes de convertirse en el Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos en 1988, esta pequeña estación ubicada en el Centro Histórico, fue una de las rutas ferroviarias comerciales más importantes del país, pues conectaba con Tlaxcala, Ciudad de México y el Puerto de Veracruz.
De acuerdo con el Centro Nacional para la Preservación del Patrimonio Cultural Ferrocarrilero, este lugar se inauguró el 16 de septiembre de 1869, evento que fue precedido por el presidente Benito Juárez García, como parte de las celebraciones por el Día de la Independencia de México.
Sin duda, este edificio histórico esconde un gran legado detrás de su fachada y para celebrar un aniversario más, te compartimos estos 13 datos.
1. En total se abrieron 47 kilómetros de vías del tramo Apizaco-Puebla, con el objetivo de convertir a México en un país desarrollado, ya que en 1867 el país se encontraba en condiciones económicas bastante precarias, derivado de las guerras constantes tras la caída del imperio de Maximiliano de Habsburgo.
2. La llegada del ferrocarril a México se quedó muy atrás en comparación con los países europeos. A lo largo de 32 años, la federación otorgó cerca de cincuenta concesiones, ocho de las cuales fueron para el Ferrocarril Mexicano que construyó su vía férrea desde el Puerto de Veracruz hasta la Ciudad de México, con un “ramal” de Apizaco a Puebla.
3. El ingeniero Francisco Chavero, quien fungió como empleado de la Secretaría de Fomento, realizó la inspección al tramo ferroviario y mencionó que el viaje que se hizo fue “encantador” y fue construido sin ningún contratiempo. Esta es la explicación documentada por la revista especializada:
“El jueves fue la inauguración del tramo de ferrocarril desde Apizaco a Santa Ana Chiautempan. El número de personas convidadas por la empresa para esta verdadera fiesta ascendió a más de cien… El viaje fue alegre y encantador. Al llegar al puente de Santa Cruz que acababa de construirse, se detuvo el tren y bajamos a ver esa hermosa obra en que el ingeniero Buchanan ha dejado una memoria imperecedera que revela sus amplios conocimientos y buen gusto… Después de examinar la obra y admirarla, subimos al tren y a los tres cuartos para las doce llegamos a Santa Ana Chiautempan. El pueblo estaba vestido de gala”.
4.La marcha del primer tren el 16 de septiembre de 1869 salió a las 8:00 horas de la estación Buenavista (Ciudad de México) con destino a Puebla y estuvo compuesto por una locomotora y tres carros en el que viajaban artesanos “convidados” a bordo.
El segundo tren salió en punto de las 10:00 horas e incluyó una locomotora y nueve carros que transportaron al presidente y su gabinete a una velocidad de veinte millas por hora. Realizó tres paradas durante el camino en Apam, Soltepec y Apizaco, únicamente para cargar leña y agua, con hora de llegada a Puebla a las 15:30 horas.
5. La construcción de la estación de ferrocarriles y el complejo ferroviario estaba planeada para iniciarse en San Javier (muy cerca del Paseo Bravo), en pleno Centro Histórico. Sin embargo, se decidió cambiar la sede para no “irrumpir” la armonía de la ciudad.
6. La estación fue construida al estilo neoclásico austero. En su interior contaba con una zona de atención a los usuarios donde se mostraba una pizarra con los horarios de los viajes. Los patios estaban diseñados para el fácil acceso y salida de los trenes y poseían todas las medidas para evitar incidentes.
Tenían su propio taller para el mantenimiento de las máquinas, surtideros de agua y para 1878, decidieron construir un edificio con habitaciones para los obreros de la estación.
7. Frente a este complejo se edificó el Hotel San Carlos, el segundo hotel de la ciudad, diseñado para satisfacer las necesidades de los viajeros y cuya ocupación bajaba o aumentaba dependiendo de las temporadas vacacionales, días feriados y fiestas locales.
8. Por casi 10 años, esta estación fue la única en funcionar bajo un esquema de transporte para pasajeros y carga, sin mencionar que su ubicación sirvió como punto de encuentro, recibimiento, ceremonias y ocasiones especiales, en cuyos pasillos desfilaron campesinos, comerciantes, funcionarios públicos, profesionistas y obispos.
Con respecto a los cargamentos, en los vagones del tren se transportó todo tipo de productos sobre todo los provenientes del campo y hasta barriles de pulque.
9. Los trabajadores ferrocarrileros solían visitar cantinas como:
La Rielera (6 Poniente, entre 7 y 9 Norte).
La Cámara de gases (6 Poniente y 11 Norte).
Don Memo (9 y 7 Norte, famosa por sus curados).
Los Gigantes de Acero o 2020 (Barrio de San Miguelito y tenía pintada una locomotora de vapor)
Chichén Itzá (11 Norte y 6 Poniente)
El porvenir (8 Poniente y 15 Norte)
El Venadito (8 Poniente entre 15 y 13 Norte).
Don Elías (2 Poniente y 11 Norte)
El Semáforo (11 Norte, entre 4 y 2 Poniente), entre otras.
10. La ruta del tren se construyó en terrenos de aguas azufrosas y cerca de los barrios indígenas de San Pedro de los Naturales, San Pablo, San Miguel y Santa Anita.
11. Los trabajadores que enfermaban de gravedad tenían acceso a servicios de atención hospitalaria. Por ejemplo, los pertenecientes a los rieleros del Interoceánico podían acudir a un antiguo centro médico de la la 4 Poniente y 19 Norte. Mientras que los trabajadores de la estación Puebla del Mexicano podían incluso utilizar el tren con dirección a Apizaco, para trasladarse hasta la Ciudad de México y ahí ser atendidos.
12. La estación Ferrocarril Mexicano de Puebla fue el único complejo ferroviario que permaneció en pie prestando servicio de pasajeros hasta 1974, año en que cerró de manera definitiva.
13. La reapertura del inmueble se realizó el 5 de mayo de 1988 y hoy es conocido como la casa del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos.