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La otra cara del Coronavirus: las personas que le tienen miedo pero deben salir a trabajar todos los días en Puebla

- Foto: Especial

En Puebla como en otras partes de México, no todas las personas pueden trabajar desde sus hogares, tampoco pueden ausentarse y con goce de sueldo. No les queda más remedio que salir con el temor de contagiarse

Por Yonadab Cabrera Cruz/ @yonadi18 /
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Javier y Armando no se conocen; el primero trabaja como chofer de transporte público mientras que el segundo hace todo tipo de reparaciones en casa. A pesar de que nunca se han visto las caras, que viven en lados opuestos de la ciudad y no saben de su existencia, tienen algo en común: los dos están temerosos por el Coronavirus y no les queda más remedio que salir a la calle todos los días para que sus familias puedan comer.

En Puebla se decretó el aislamiento o la cuarentena como una forma de evitar la propagación del COVID-19 y a pesar de que es una medida que tendría que aplicar para toda la población, es un lujo que muchos no se pueden dar. El trabajo desde casa es un idilio, un sueño, una utopía para personas como Javier y Armando, quienes todos los días salen de su casa rogando a Dios no contagiarse y regresan, pidiéndoles a todos los santos que no contagien a su familia.

El 23 de marzo de 2020, el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta ordenó el cierre temporal a partir de ese mismo día de cines, teatros, auditorios, clubes deportivos, sociales o de servicio, casinos, antros, zoológicos, salones de fiesta y hasta de los baños públicos en todo el estado.

VER: Gobierno de Puebla ordena el cierre inmediato de casinos, gimnasios, cines y hasta baños públicos en todo el estado

Pese a baja de pasaje, transporte público sigue funcionando igual

Javier trabaja en la ruta 15 que va de Zavaleta a Zaragoza. Dice que desde antes que el gobierno estatal anunciara el cierre de cines, antros, parques y otros lugares concurridos, y también antes de que las escuelas se fueran a descansar, bajó la afluencia de pasaje. Sin embargo, los operadores de esta concesión y de otras, tienen que presentarse a trabajar todos los días como acostumbran, sin ningún cambio.

Además, en la mayoría de las rutas no les han dado recomendaciones ni protocolos o manuales para operar durante la contingencia del Coronavirus. Algunos choferes por propia voluntad usan cubrebocas y cargan su gel antibacterial, pero no saben cómo actuar y no han recibido recomendaciones ni de los gobiernos ni de los dueños del transporte.

A mí sí me da miedo, sobretodo por mi familia. No sabemos qué va a pasar, veo a alguien y solo pienso si tendrá Coronavirus, si estará enfermo si no, pero tengo que recibirles el dinero, y tengo que salir a trabajar si no mi familia no come”, asevera el operador de la ruta 15.

 

 

Tengo que buscar la papa de todos los días

Al otro extremo de la ciudad de Puebla, se encuentra Armando quien trabaja como albañil y haciendo reparaciones de todo tipo en las casas. A veces lo contratan empresas para integrar las cuadrillas de sus trabajadores. Para él la situación tampoco es fácil, pues todos los días debe usar el transporte público, desconfía de cualquier persona que use cobrebocas, siente pánico al tocar los barandales y tubos.

Pero no puede dejar de trabajar, pues vive al día y su familia tiene que comer: “Los pobres tenemos necesidad, aunque no quiera tengo que salir a trabajar. Solo espero que esto pase pronto. Ojalá”, señala Armando un poco molesto ante la situación y el hecho de que una vez más es visible la brecha de desigualdad en el país.

 

 

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