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Las epidemias y pandemias que forman parte de la historia de Puebla antes del coronavirus

- Foto: Especial

A lo largo de la historia de la capital poblana, los ciudadanos han vivido y sobrevivido a diferentes epidemias, como la tifo, viruela, cólera, influenza y más que tuvieron su origen en el periodo de conquista española en suelo americano. 

Por Carmen González/@carmenldn /
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Actualmente, con la propagación de la pandemia de Covid-19 la ciudad de Puebla vive una de las peores crisis sanitarias de la historia, misma que ha dejado hasta el momento 355 personas muertas.

Sin embargo, a lo largo de la historia de la capital poblana, los ciudadanos han vivido y sobrevivido a diferentes epidemias, como la tifo, viruela, cólera, influenza y más que tuvieron su origen en el periodo de conquista española en suelo americano.

En una plática promovida por el Instituto Municipal de Arte y Cultura de Puebla (IMACP) a través de redes sociales, el doctor en sociología y catedrático de la BUAP, Miguel Ángel Cuenya, habló sobre el problema e impacto de las epidemias que han tenido lugar en la ciudad Puebla desde el siglo XVI.

El investigador y autor del libro “Salud, enfermedad y muerte en la ciudad de Puebla: de la Independencia a la Revolución”, señaló que la humanidad está caracterizada por los desastres y catástrofes humanas, entre ellas se encuentran las epidemias y pandemias que han marcado los diferentes periodos de la historia, pasando por la era medieval, la época colonial y la contemporánea.

En México, la llegada de los conquistadores europeos al continente americano trajo consigo una serie de enfermedades desconocidas para las poblaciones indígenas, causando muerte y devastación a causa de la viruela, sarampión, tuberculosis, paperas influenza y hasta simples gripes, generando una predisposición para las enfermedades.

Tifo

La enfermedad infecciosa conocida como tifo, que en Europa estaba ligada a las ratas, la falta de higiene, la guerra y la pobreza, fue uno de los grandes problemas de salud en Puebla durante los años de 1576, 1581 y 1692, y es considerada como la peor epidemia del siglo XVIII.

La tifo también estuvo presente durante la época de Independencia y la Revolución Mexicana, entre los años 1812 a 1813 y 1915 a 1916 respectivamente, y generó un mayor número de muertes, superando al cólera.

En la última década del siglo XVII, el municipio contaba con una población de 110 mil habitantes y era considerada una urbe comercial importante, receptora de población migrante. Sin embargo, durante la primera mitad del siglo XVIII, su población disminuyó al 50% por la migración de sus habitantes a causa de la epidemia de tifo, la cual dejó mil 737 decesos.

Las aguas contaminadas del río San Francisco, la distribución de los panteones en el centro de la capital poblana, las batallas bélicas y sitios que tuvieron lugar aquí, fueron esenciales para que, una vez más, la tifo azotara la ciudad entre 1812 y 1813, periodo en el que murieron 5 mil 692 poblanos, casi el 9.5% del total de la población en un total de 4 meses de los cuales, casi el 70% de ellos eran población indígena.

El tifo vuelve en 1847, durante la intervención estadounidense en México, y el cólera también en 1850; sin embargo, no producen importantes efectos en la población y logra controlarse su propagación a tiempo.

Llegada la Revolución Mexicana, con algunos avances en la ciencia epidemiológica se controla la epidemia de tifo en la población de 100 mil habitantes,s y la labor de 85 médicos en 10 hospitales de la ciudad entre ellos el Hospital Casa de la Maternidad, el Hospital General del Estado (actualmente sede el Hospital Universitario), el Hospital Militar y el Hospital de la Beneficencia Española, dejando un total de 2 mil 75 personas fallecidas.

La viruela

La viruela causó constantes periodos de epidemia a través de los años, que tienen registro desde 1521, pasando por 1538, 1576, 1653, 1667 y 1668, que poco a poco fue disminuyendo gracias a los procesos de inoculación de niños huérfanos traídos de España al mundo Novohispano y, posteriormente, la creación de las vacunas.

El cólera

La primera epidemia de cólera en México se dio en 1833, la segunda llegó a frenar durante la época del Porfiriato, a finales del siglo XIX. Ambas pandemias se distribuyeron por el sur del país, probablemente procedentes de Guatemala.

En 1833, la ciudad de Puebla vive por primera vez la epidemia de cólera. Con una población de 40 mil habitantes y sólo 26 médicos para atender la contingencia, la enfermedad causó la muerte de 3 mil 49 poblanos; entre ellos el gobernador del estado en ese entonces, Patricio Furlong, el deán de la catedral don José María de Anzures, así como personas ricas y pobres.

De esta época, el Archivo Histórico del Ayuntamiento de Puebla tiene registros de las primeras cartillas médicas que adaptaron información y medidas de prevención y cuidado sanitario sobre el cólera, retomadas de países como Inglaterra y Estados Unidos. Asimismo, el panteón de San Javier, construido en el actual Museo del Ejército y Fuerza Aérea y las oficinas de la Secretaría de Turismo Estatal, fue inaugurado recibiendo a los hombres y mujeres muertos a causa de esta epidemia.

En la Puebla colonial, gobernada por los españoles, la situación de pobreza, marginación indígena, la pobreza alimentaria y condiciones de vivienda llena de carencias, facilitaron la propagación de virus, bacterias y microorganismos que dieron paso a fuertes enfermedades.

La influenza H1N1

A manera de detener la epidemia de influenza H1N1 en el año de 1918, surge la Comisión Central de Calidad, una asociación conformada por instituciones privadas, empresarios industriales, la Cruz Roja, organizaciones católicas y el grupo de Estudiantes de Medicina del Estado, financiados en parte por la Fundación Jenkins, que juntos lograron recaudar cerca de 54 mil pesos para la compra de medicinas y atención hospitalaria de los afectados por la enfermedad.

En opinión de Miguel Ángel Cuenya, las problemáticas sociales y económicas que surgen de una pandemia o epidemia, no han mejorado la situación de la población más vulnerable y ahora, con la presencia del coronavirus en Puebla, seguirán siendo ellos quienes sufran las consecuencias de las contingencias sanitarias a lo largo del tiempo.

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