Por medio de una criatura psicópata, las películas de horror narran una serie de asesinatos aterradores que ponen en peligro la existencia de la humanidad. Estás historias, en algunas ocasiones, son una mezcla de teorías conspirativas y relatos de ciencia ficción.
En la cinta “The incredible Melting Man” (1977), el astronauta, Steve West se convierte en un ser repúgnate que devorara humanos para sobrevivir a la radiación solar que de forma paulatina derrite su piel y desvanece sus recuerdos.
Steve West es el único sobreviviente de una tripulación que viajó a los anillos del planeta Saturno, cuando el astronauta se preparaba para emprender el viaje de regreso a la Tierra, ocurrió una explosión solar que lo dejó en estado vegetativo.
El astronauta, al recuperar la conciencia, descubre que se convirtió en un monstruo, al no contralar sus instintos, asesina a la enfermera que lo cuidaba, escapa del hospital y se esconde en un bosque en donde encontrará a sus futuras víctimas.
El gobierno de los Estados Unidos mantiene en secreto el fracaso de la misión y miente cuando informa que los astronautas se encuentran en observación.
En esta cinta, lo importante no es atestiguar escenas repugnantes sino observar la forma cómo el director, William Sachs, construyó un ambiente de terror y suspenso.