En 2013, Ingrid Escamilla fue reina de belleza de Canaditas, la junta auxiliar perteneciente al municipio de Juan Galindo, en el estado de Puebla, lugar de donde era originaria. Estudió Administración de Empresas Turísticas, amaba a los animales, el café, la vida y es así como queremos recordarla.
En sus redes sociales, la joven de 25 años de edad compartió que también estaba estudiando una maestría en administración. Compartía llamados para cuidar el medio ambiente y participó en los trabajos de reconstrucción después del sismo de 2017.
Amaba a su hermana gemela, incluso compartió una fotografía de ella por su cumpleaños y escribió: “ella para mí siempre va a ser prioridad”.
Presumía una bella amistad con una de sus profesoras, a quien dijo era su amiga, confidente y consejera para ella.
Compartía fotos en Huauchinango, Puebla, Cholula y, principalmente, en la Ciudad de México y todas tenían algo en común: la sonrisa y nobleza en el rostro de Ingrid.
Ingrid era mucho más que la joven de 25 años que salía con un “viejo feo” de 46 años. La imagen horrible que circula tras su asesinato nos ha llenado de morbo y aunque en algunos casos provocó indignación, no nos hemos ocupado en qué hacer para que Ingrid tenga justicia y la violencia contra las mujeres en México cese.
Aunque Claudia Sheinbaum, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, ya dio una postura sobre este caso en Twitter, los usuarios no le han dejado de recriminar que los elementos de la Secretaría Ciudadana fueron quienes tomaron la fotografía de Ingrid muerta, sin piel, si órganos y la filtraron por todos lados.
El feminicidio es un crimen absolutamente condenable. Cuando el odio llega a los límites como el de Ingrid Escamilla es indignante. La SCC detuvo al presunto responsable y la Fiscal ha declarado que exigirá la máxima condena. Nuestro compromiso de trabajar todos los días por erradicar la violencia hacia las mujeres. Mi pésame sentido a la familia de Ingrid Escamilla, escribió la jeda de gobierno.
En 2018, Ingrid escribió un mensaje a su papá, quien falleció hace algunos años. En el texto, le agradeció por darle tanto amor a ella como a sus 4 hermanos, por mantenerlos unidos y hacerlos unas personas grandes y maravillosas.
Es mi motor. Te amo y felicidades de aquí al cielo. Algún día nos volveremos a ver.
