Los cuerpos de dos hombres, un noble de 30 y 40 años, y su joven esclavo, de unos 18 o 25 años, fueron hallados por arqueólogos de Pompeya, ciudad devastada en el año 79 por la erupción del monte Vesubio.
De acuerdo con información del periódico El País, los cuerpos fueron encontrados a un costado del criptopórtico, en la parte noble de la villa suburbana de Civita Giuliana, una majestuosa finca en la época de Augusto, emperador que presumía de tener salones y balcones con vistas al mar.
Esa zona se localiza fuera de las murallas pompeyanas, 700 metros al noroeste, donde en 2017, arqueólogos encontraron los restos de tres caballos en los establos, con sillas de montar y arneses.
La publicación precisó que los investigadores concluyeron que el noble llevaba una lujosa capa de lana, mientras que su subordinado vestía una túnica corta, según un comunicado emitido por los responsables del Parque Arqueológico de Pompeya.
Para reconstruir los cuerpos de las víctimas de la erupción, descompuestos en su totalidad, los expertos recurrieron a la antigua técnica de hacer moldes con yeso, es decir, introdujeron yeso líquido en las cavidades que dejaron los restos de los habitantes de la antigua ciudad romana, una forma creada por el arqueólogo Giuseppe Fiorelli en el siglo XIX.
La erupción del Vesubio habría sido el 24 de agosto, aunque historiadores suponen que fue hasta el otoño, debido a que algunos cuerpos hallados vestían gruesas capas de lana, algo que usaban los pobladores de Pompeya en pleno verano.
