La economía tradicional presenta diversos obstáculos que buscan ser minimizados por medio de la transición hacia la economía digital, específicamente en un año que se ha caracterizado por el distanciamiento social y la necesidad de agilizar procesos. Las altas tasas de interés, la pérdida de liquidez de las entidades financieras, la poca transparencia y el poco control de los usuarios sobre su dinero son algunos de los ejemplos que actualmente afectan a la población y han generado incertidumbre.
La economía digital, basada en activos digitales, se perfila como una de las más interesantes en plena pandemia, ya que las transacciones realizadas con criptomonedas son inmediatas, no existe el contacto con billetes o entre personas, no requieren de un intermediario y, a su vez, son transparentes al quedar registradas en un libro de cuentas público llamado Blockchain.
La economía digital se presenta como una buena oportunidad para alcanzar la libertad financiera. En México ya existen las primeras herramientas, como Airbit Club, el primer club descentralizado de educación sobre criptoeconomía fundando en el 2015. Por medio de la construcción de una red de trabajo y al emprender su propio negocio, los socios pueden generar ingresos fijos en activos digitales y aprender sobre este ámbito para promover su adopción.
Actualmente, AirBit Club genera a diario más de 3.6 millones de transacciones internas y 27 mil externas. De acuerdo con información de la propia compañía, cuenta con dos millones de afiliados distribuidos en más de 160 países, prometiendo ser una opción confiable para aprovechar las facilidades de la tecnología, los activos digitales y los negocios online como fuente de ingresos para sobrellevar la recesión económica del 2020.
