¿Si te dicen que se gastaron 147 millones de pesos en la remodelación de la Avenida Juárez, qué esperas encontrar? Al menos las calles perfectamente bien pavimentadas, unas bancas para sentarse, tal vez fuentes y alguna exótica atracción que ayude a promoverla y reactivar el comercio.
Pues no es así.
Si caminas por la Avenida Juárez, una de las principales de Puebla capital, encontrarás lajas quebradas, bolardos chuecos, banquetas rotas, las calles hundidas y muy pocos de los prometidos estacionamientos para bicicletas. Lejos está de aquella imagen europea que nos prometieron cuando en el gobierno de Tony Gali presentó el proyecto de remodelación que incluía ramblas: “¡Será como en España!”, decían.
La Avenida Juárez fue remodelada a finales de diciembre de 2017, por el entonces gobernador de Puebla, Tony Gali Fayad. Invirtieron —de nuestro dinero— 147 millones de pesos en tres etapas: la primera que estuvo tuvo una inversión de 58 millones 699 mil 997 pesos. En la segunda, se ejecutaron 48 millones 670 mil 29 pesos y en la tercera 40 millones.
Este 14 de octubre, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa anunció que se investigará el proyecto por presunta corrupción, aunque no dio más detalles.
Este jueves CENTRAL caminó por la Avenida. Ya pasaron tres años de la remodelación y les podemos decir que está en ruinas. Desde la Fuente de los Frailes, en cada cuadra más de seis lajas de costoso mármol están quebradas. No parece que se hubiera remodelado.
Las ramblas, aseguraron, serían un incentivo para el paso de los peatones; se supone que te darían ganas de salir un día solo a caminarlas. Sí, tienes espacio para caminar, pero debes ir atento y patear o esquivar los trozos de lajas rotas y los hoyos de las que ya se han despegado completamente.
Todo el tiempo te estás tropezando.
Vas por la calle frente a la Torre JV, continúas viendo el deterioro. Pero si decides pasarte al otro lado de la avenida, notas que incluso el camellón luce descuidado, cuarteado por los golpes de los autos, solo con tierra y nada de plantas. Te colocas justo delante del Citi Banamex y te tropiezas con los otros trozos de bolardos de cemento que ya han sido tirados por los autos, pero no rehabilitados, aún hay residuos de varillas, con los que te resbalas y golpeas con la punta de tus pies.
Prefieres seguir caminando y pasar al Oxxo, pero te das cuenta de que hay un vendedor de papitas que obstruye la mitad del paso de peatones de la calle Chietla. Le preguntas si las calles aún se inundan cuando llueve, dice que sí y cuando eso pasa, cuando caen las primeras gotas, sabe que es hora de irse.
Sigues observando a tu alrededo, y te das cuenta que enfrente del Santander hay muchas personas y solo una banca, por lo que los taxistas, repartidores de Uber Eats y usuarios del cajero, se sientan en los bolardos de cemento y más adelante, ves a otro carrito de papitas.
Caminas hacia La Estancia Argentina y ya notaste las piedras que han quedado de esos bolardos que fueron tirados y que son dejadas a un lado de los basureros, así como en las jardineras que se ven viejas.
Al pasar la calle, te das cuenta de que la iluminación con tecnología que prometieron. Los bolardos están rotos, derribados o ya ni siquiera están ahí, solo puedes ver los tornillos con los que pretendieron sostenerlos.
En frente, ves un hoyo entre el adoquín del carril, los autos, lo pasan constantemente y los peatones evitan cruzar la calle para no caer en él, pero resbalan por las cuarteaduras.
Del otro lado, en la tienda de vestidos, observas el hueco de la alcantarilla ahora llena de basura en donde seguramente muchos autos ya cayeron, dejando sus neumáticos inservibles y ni se diga de las personas que, confiadas por la remodelación, pensaron que podían pasar la calle sin ningún inconveniente.
Caminas y en frente de El Tiradero de la Juárez te encuentras con grava suelta, cables de energía eléctrica que están salidos, banquetas rotas y jardineras sin mantenimiento, por lo que decides pasarte nuevamente la calle, hacia el Harbor´s, quienes han utilizado una de las muy pocas bancas que hay para sentarte y la han convertido en un espacio para el Valet Parking.
Continúas caminando y hay una alcantarilla abierta, te diste cuenta porque para avisar de su estado, han puesto una bolsa negra y trozos de lajas rotas. La esquivas y te encuentras con más jardineras sin mantenimiento y más bolardos de iluminación tirados y en mal estado.
Pasas derecho y observas más lajas despedazadas frente al Starbucks, muchos trozos de adoquín del carril de a lado, y cuando creías haber pasado lo peor, caes sobre la alcantarilla abierta que está frente al restaurante Mi Ciudad.
Avanzas y en el Famatodo, te das cuenta de que no podrías caminar por ahí con tacones porque podrías caer con tantas lajas rotas, los camellones están destrozados y frente al Banorte por fin arruinar tus zapatos con el mármol todo cuarteado.
En ese momento, consideras pasarte la calle y, al mirar los carriles todos hundidos por la mal colocación del adoquín y el mármol incompleto del otro lado, decides caminar en la misma dirección, hasta llegar al cruce de la calle 23 Sur para pasar al frente de la tienda de vestidos de novia, percatándote de que toda esa esquina está a punto de perder sus lajas y que, en tu trayecto, pateaste las despegadas.
Cruzas la calle y frente al establecimiento de Chocolate Mayordomo ya se han desesperado por las lajas despegadas, así que las colocaron dentro de las jardineras, quedándose con hoyos a su paso y una alcantarilla mal colocada; el Harmon Hall también tiene el mismo problema.
El caos se pone peor al tratar de caminar frente al Seven Eleven; ahí hay más de seis cráteres que se esconden entre las hojas secas, por lo que tendrás que pasar siempre viendo hacia el suelo hasta llegar a donde, hasta hace unos meses, estaba El Portón, ya indignándote por el estado de las calles, pues en frente, hay otro risco que cruzar y la entrada a su estacionamiento ya no tiene lajas que lucir.
Decides seguir derecho, pues las dos calles seguramente están igual de mal, como las otras nueve cuadras atrás, y de colmo, te das cuenta de que, frente al restaurante La Parroquia de Veracruz, la única vista bonita sería la de tu platillo, porque ahí, toda la banqueta ya no tiene jalas.
Para cruzar hacia la Profeco ubicada a lado de la calle 19 sur, debes fijarte muy atentamente, pues las escaleras enfrente de la concesionaria Peugeot están para llorar, todo el mármol está quebrado.
Del otro lado, frente a la tienda de uniformes profesionales debes brincar para continuar tu camino, porque hay más hoyos por las lajas faltantes. Cruzas la calle otra vez con dirección al restaurante La Silla y afuera hay otro risco enorme. No hay más alternativa que de caminar en zig zag, así que continuas de frente en donde ves que, frente a la Universidad Oriente, los dos carriles autos tienen problemas para pasar por ahí, pues los adoquines ya están hasta tapados con cemento.
La única cuadra completa de la Avenida Juárez sin bolardos rotos, lajas quebradas, baquetas destrozadas, alcantarillas arrancadas o espacios de bicicletas incompletos es la última, desde el HSBC de la calle 15 sur hasta el Café Colibrí, porque de ahí hacia el Paseo Bravo es otra historia, ahí los bolardos están golpeados y las bancas de madera ya estas todas levantadas e incluso, los comerciantes han tratado de pegarlas nuevamente con grapas.
Le preguntas a otra comerciante si cuando llueve se inundan esas calles y te dice rápidamente que sí, que ella también tiene que retirar su puesto de dulces por el agua.
¿Entonces que fueron de los 147 millones de pesos? Al parecer nos mintieron, porque al caminar por la Avenida Juárez, no vemos modernización de primer mundo, sino un campo minado.
Ya la UPAEP lo había advertido. En una encuesta el 28 de noviembre de 2018, informó que el 78.5% de los poblanos consideró que la remodelación de la Avenida Juárez fue una mala inversión.
Y el 14 de octubre de este año, el gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta anunció que desde la Auditoría Superior del Estado (ASE) investigarán la gestión municipal de Antonio Gali Fayad y por la remodelación de la Avenida Juárez, en la que también han encontrado actos de corrupción.
VER: ASE investigará administraciones de Gali y Banck por presunto desvío de recursos: Barbosa
