Estefanía Romero es una de los miles de poblanos que se han contagiado de coronavirus. Ella y su esposo, Mariano, tomaron todas las medidas de prevención, pero no lograron evitar que la enfermedad llegara a ellos. Fanny y Mariano se recuperaron pero la enfermedad que azota a todo el mundo dejó graves secuelas.
Mariano presentó síntomas a finales de julio, ellos creen que se enfermó en el Hospital del Niño Poblano, donde trabaja en el área de recursos materiales.
Tenemos la sospecha de que el portador era mi esposo (Mariano), él trabaja en el Hospital del Niño Poblano y siempre tomamos nuestras medidas de higiene, pero como está en el hospital puede ser que en algún lugar haya estado el virus. Donde yo trabajo estoy en una oficina aislada y las personas con las que he estado en contacto, ninguna está contagiada”.
Fanny contó a CENTRAL que unos días antes de hacerse la prueba, empezó con síntomas como dolor de garganta, cabeza, un fuerte ardor en la espalda y cansancio; sin embargo, atribuyó los síntomas al estrés laboral que había sufrido por las jornadas de la semana y no precisamente al coronavirus.
Mariano, por su parte, tuvo otros síntomas como fatiga, resfriado y fiebre, aunque fue hasta que perdió el sentido del olfato y el gusto, cuando las sospechas de que tenía covid- 19 se hicieron más fuertes.
Una semana antes de que nos hiciéramos la prueba, yo empecé a tener mucho dolor de cuerpo, cabeza, garganta, en especial me dolía una parte de la espalda con cierto ardor y me sentía muy cansada. No asocié la enfermedad con la covid, más bien con el resfriado. Mi esposo se empezó a sentir muy mal, muy cansado y tuvo mucha temperatura, pensamos que era un resfriado común, pero días después perdimos el gusto y el olfato”, dijo.
Fanny relató que, tras los síntomas, acudieron al hospital del ISSSTEP de San Manuel para hacerse la prueba; aunque debido a las largas filas, prefirieron acudir con un médico particular quien les hizo pruebas rápidas que salieron negativas.
Cuando llegamos al ISSSTEP había un mundo de gente, nos fuimos porque pensamos que tal vez no era covid y nos podíamos contagiar ahí. Salimos y fuimos a hacer una prueba rápida con un médico y salió negativa, no regresamos al trabajo, pensábamos presentarnos el miércoles, pero un amigo de mi esposo, un vecino de hecho, se hizo la prueba, salió positiva y tenía los mismos síntomas que nosotros”.
Fanny y Mariano comienzan la batalla contra el coronavirus
El 1 de julio, Fanny y su esposo acudieron nuevamente al ISSSTEP para hacerse la prueba de coronavirus. Para el día 8 del mismo mes recibieron las pruebas donde confirmaron que tenían la enfermedad.
Durante esa semana en la que aún no recibían los resultados, Fanny y su esposo comenzaron el tratamiento indicado por los médicos. Este consistía únicamente en paracetamol, naproxeno y aspirinas. Sin embargo, los medicamentos se terminaron al quinto día, motivo por el que acudieron con una doctora de confianza y ella les recetó ivermectina y nitazoxadina para aliviar los síntomas, pues Mariano tenía dificultad para respirar.
Fuimos de nuevo al ISSSTEP y en la consulta arrojamos todos los síntomas, nos hicieron la prueba el 1 de julio y el 8 nos entregaron los resultados, pero esa semana ya teníamos un tratamiento. El hospital nos mandó nada más antibiótico, paracetamol, naproxeno y aspirina, para el viernes ya no teníamos nada de tratamiento. Una amiga que es doctora nos compartió la receta, empezamos a tomar ivermectina y nitazoxadina, para el domingo mi esposo ya estaba muy mal”.
Aunque Fanny y Mariano no son personas en situación de riesgo frente al coronavirus —no tienen ninguna enfermedad crónica— sufrieron fuertes afectaciones a su salud.
Principalmente, estuvieron alrededor de 10 días con diarrea, fiebre y dolor de cuerpo y en el caso de Mariano, presentó una fuerte dificultad para respirar.
Las secuelas de la enfermedad
Por fortuna para ambos, lograron superar el coronavirus siguiendo el tratamiento al pie de la letra, sin embargo, las consecuencias siguen cobrando factura.
Fanny dice que su esposo tenía un poco de sobrepeso y, tras el virus, bajó sustancialmente su masa corporal; mientras que, en su caso, los médicos diagnosticaron que tiene inflamación en el cerebro, lo que a la fecha afecta severamente su coordinación.
En mi caso lo que más me preocupa es que se me inflamó el cerebro y la fecha aún me duele el cuerpo. Además, no me han hablado de las consecuencias que pueda tener. Cuando vuelve todo a la normalidad te duele todo, el pecho y la espalda, se te inflaman los pulmones también, era como si me hubieran agarrado a golpes. Es un virus que nosotros comprobamos que si no lo atiendes a tiempo y con los primeros síntomas, te vas”, dijo.
Estefanía lamentó que haya personas que no creen en el coronavirus y no adoptan las medidas de prevención. Relató que un amigo de su esposo falleció por covid-19 por no atenderse a tiempo, por lo que recomienda a las personas no tomar a la ligera la enfermedad.
Se siente muy feo, no sabes si la vas a librar y aunque yo no la pasé tan mal, el hecho de tener todos los días diarrea, te preguntas ¿Qué está pasando? ¿Por qué no está funcionando aun el tratamiento?, yo me fatigaba al agacharme por algo y aún siento afectaciones luego de 36 días desde que comencé con los síntomas y pues ahora trato de cuidarme mucho”.