El fútbol es lo más importante de lo menos importante. Partiendo por ahí, debemos de entender que el juego es el refugio de muchas personas para olvidar sus problemas por noventa minutos, y vivir apasionadamente el deporte más hermoso del mundo.
Ahora, además de un negocio, el fútbol es un modo de entretenimiento y si puede, debe de hacerlo en estos momentos tan difíciles.
Se trata de medir la situación. Claro que, por encima de todo eso, está la salud e integridad del futbolista. Pero, vamos, los directivos y dueños de los equipos deben entender que los partidos serán a puerta cerrada por mucho tiempo y si pueden acelerar el proceso para que regresen a las canchas con las debidas precauciones, sería un destello de luz entre tanta obscuridad en la que están metidos.
Tratemos de hacerlo como en otras ligas: que el acceso al estadio esté limitado entre ambos equipos y un grupo selecto de periodistas que puedan cubrir el partido. Cada determinado tiempo, hacer las pruebas respectivas para no propagar la enfermedad y que ninguno corra riesgos.
Entiendo que una de las entradas más importantes para los equipos, es la venta de boletos y más cuando es etapa de liguilla, pero espero que no piensen que de un momento a otro la gente va a poder y querer regresar a los estadios. El proceso será lento y, seguramente, las reuniones masivas de gente serán de las últimas cosas que se van a permitir.
Reitero, no se trata de hacerlo de forma precipitada ni poner en riesgo la salud de los protagonistas en cancha ni de sus familias, simplemente que se deben solidarizar con el momento tan complicado que se está viviendo y priorizar el espectáculo antes que el negocio.
Tampoco es que sean los malos de la película, la implementación de la liga virtual fue una forma de llevar fútbol a las casas de las familias mexicanas, empero, jamás será lo mismo. Un partido en una consola nunca tendrá la chispa, la emotividad y la magia que te pueden ofrecer 22 hombres en la cancha.
No me dejarán mentir, conforme fue pasando el tiempo, se perdió el interés por ver los partidos. Creo que uno está más pendiente de las narraciones que ofrecen que del juego como tal.
Espero que, por primera vez, los directivos tomen una decisión a favor de la gente y no de su bolsillo.
