“No hay decisiones buenas o malas dentro de un contexto específico... simplemente son decisiones… el resultado de ellas no puede compararse con la especulación perpetua de posibilidades que dan los hubieras”, by Jorge Medina Salgado
Cómo no recordar esta buena película que tiene como título ¿Conoces a Joe Black?, me encantó la parte de ella donde el protagonista menciona: “Nadie se escapa de la muerte e impuestos”. Me muero de la risa porque tiene toda la razón.
Aunque para muchos ha sido fútil la miscelánea fiscal 2020, la 4T se mostró agresiva en cuanto al tema de recaudación de IVA. Su objetivo para este año es que las empresas subcontratistas o que terciarizan servicios sean sujetas a una retención del 6% del IVA sobre cada factura que emitan.
En cuanto a estrategia de recaudación esto es un acierto, porque con el esto el SAT obliga a los contribuyentes que terciarizan a que se vean obligadas a pagar más del 30% del IVA que generan. Esto es una buena decisión, partiendo del supuesto, no documentado, que dice que las empresas que son subcontratadas se “roban” más del 50% de IVA que generan. Con este paso, Hacienda le da poca maniobrabilidad a este método de evasión fiscal.
Definitivamente otro “pro” de esta política es que se combate directamente a las empresas factureras y a la venta de facturas, debido a que se reduce el margen de cobro porcentual por cada factura que se vende y con esto el margen de acreditación de IVA reduce, debido a que se paga de forma anticipada este impuesto.
Pero en un punto de vista antagónico a esta política, el SAT se fue directamente contra la liquidez de las empresas que son subcontratadas. La retención del 6% del IVA reduce el flujo de efectivo de la empresa que experimenta la retención, poniendo en desventaja financiera su operación versus las empresas que las contratan. Esta política les da liquidez a los grandes contribuyentes y les quita a los pequeños.
Adicionalmente, las empresas que les toca hacer la retención son, en su mayoría, entidades de tamaño superior a las subcontratistas. En cuanto a liquidez, las empresas que implementan la retención se ven beneficiadas por el flujo de efectivo debido a que el IVA retenido lo declaran y pagan en el mes próximo siguiente. Para este caso, la política de retención de IVA beneficia a las empresas grandes y desfavorece a las pequeñas.
Adicionalmente, las empresas que son transnacionales y que ejecutan CAPEX (Capital Expenditure), todas ellas tienen IVA a favor y con esta política se cobran anticipadamente (a lo chino) el IVA por recuperar sin que sean sujetas al juicio de la autoridad hacendaria.
En términos generales, considero que los negocios que son subcontratados, incrementarán sus precios un 6% para neutralizar este fenómeno de retención.
Amigos, emprendan y aprendan considerando esta nueva política fiscal, porque finalmente, el IVA es un costo para un emprendedor.
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