Tres partidos donde ha quedado claro que la Selección Mexicana tiene un futuro bastante prometedor. Se empieza a tener una idea clara de juego, se está reaccionando ante la adversidad y, lo más importante, se está conformando un equipo que realmente busca su lugar, dejando a un lado a los intocables.
Sin embargo, y a pesar de tener una delantera de miedo, nos hemos podido dar cuenta que la contundencia es una de las cosas que sí debe de preocupar un poco a Gerardo Martino.
Y no se dejen llevar por haberle metido 3 goles a Corea del Sur. En ese partido no existió la defensa y de haber tenido a un nuevo goleador, el resultado hubiera sido de 5 o 6.
Aunque son partidos (los de Argelia y Corea) que te exigen un poco más que los típicos en Estados Unidos, no dejan de ser rivales de menor envergadura que tú. Y al final, cuando sea la hora de dar un paso al frente y consolidarte como una de las mejores selecciones del mundo, no serán ellos a los que enfrentarás.
Los invito a ver un partido con detenimiento. Si Raúl ha logrado meter gol en los juegos amistosos, es porque el equipo es capaz de generarle diez oportunidades claras frente a la portería.
No sé si el Tricolor pueda hacer lo mismo contra selecciones como Argentina, Brasil, Francia, España y todas esas potencias que siempre están en lo más alto del mundo. Me preocupa que cuando llegue el momento, nuestro “9” se haga pequeño.
Y más allá de que si Jiménez pueda o no con el peso goleador del Tri, ¿tenemos alguno otro que lo pueda sustituir?
Y es ahí donde entra nuestro máximo goleador histórico. Posiblemente no era el más hábil, ni el más técnico, pero sabías que sólo necesitaba de una para mandarla al fondo.
Sin miedo a equivocarme, la mejor versión de Javier Hernández encajaría mucho mejor junto a Lozano y Corona.
Y si me apresuran un poco, no estaría nada mal convocarlo y tenerlo en la banca como un buen revulsivo. La presencia de Chicharito impone.
Ubicarlo ahí, como un líder y un hombre que siente la verde como ninguno otro. Podría sumar bastante en muchos aspectos e incluso, dar clases de cómo meter la pelota al fondo de la red.
