Y sí, aquel increíble arranque de torneo está terminando en una posible descalificación, en una competencia donde 12 de 18 llegan a la fase final. El Puebla, inconsistente, intrascendente y sin espíritu, está de regreso.
Lo he escrito anteriormente: cuando se gana, no se pueden exigir las formas porque es un equipo muy limitado en todas las cuestiones. Pero sí hay maneras de perder, y las de la Franja son ridículas.
Los números son fríos: de los últimos 18 puntos posibles, sólo se han podido conseguir 4. Con Pumas, ni las manos metieron; contra América, regalaron el partido; contra Juárez y Santos murieron de nada. Ah, y hay que darle las gracias a Gallos por aquel punto que nos regalaron.
¿Saben qué es lo peor? Que la culpa es del aficionado porque creer que las cosas serán diferentes con Poblete, que los jugadores sentaron cabeza y lo darán todo por la camiseta. Al final, todos están de paso.
Ahora, a empezar a sacar los numeritos que el calendario no está para nada sencillo. Los siguientes dos partidos son puntos prácticamente perdidos (Rayados y León). Si bien te pueden servir de preparación para las verdaderas finales que tendrá el equipo (Atlas y San Luis) de cara a un posible repechaje.
Si tuviera que poner el punto de quiebre, fue cuando el equipo reportó varios casos de positivos por Covid y, para su mala fortuna, fueron muchos de los jugadores que atravesaban un buen momento. Cuando regresaron, no pudieron rendir igual.
Juan Reynoso (técnico del equipo) no puede ser el primer crucificado por parte de la afición. Hay muchos jugadores que están pasando de largo. Digo, tampoco puede entrar a la cancha a meter los goles o evitarlos.
Por la alegría de la afición, me gustaría que le equipo despertara y se clasificara. Ojo, sólo por aquellos que realmente sienten la camiseta, porque futbolísticamente no lo merecen.
Y en caso de clasificar, con el fútbol que están desempeñando, no se aspira a absolutamente nada. Ojalá me manden a callar, pero todos sabemos que no será así.
Otro torneo desastroso para un equipo vergonzoso. Ésta es realidad del Club Puebla que muchas veces, no nos gusta aceptar.
