“Los dueños del capital buscan continuar siendo un monopsonio en el mercado laboral” Por Thomas Piketty, Economía de la desigualdad.
En mi caso, antes del COVID19 era muy difícil que hiciera “Home Office”, la rutina que había establecido no me permitía dejar de ir a la oficina a cumplir mis labores; pero esto cambió, y estoy seguro de que esta modalidad se irá implementando cada vez más, será parte de la nueva normalidad.
Desde el punto de vista empresarial, los grandes corporativos ya se habían dado cuenta de generar economías marginales al promover el home office, tales como ahorro en luz, telefonía e internet, disminución de renta de inmuebles, combustibles, personal de limpieza, personal de vigilancia, personal de mantenimiento y hasta disminución de sueldos, en su caso más extremo. Hablemos solamente de dos conceptos que considero pueden influir en el poder adquisitivo de cada uno de los trabajadores que han empezado a hacer home office: luz y telefonía e internet (datos).
En el tema de la luz, posiblemente para una persona individualmente, no es tan significativo el incremento al hacer home office, ya que se estima que una persona en horarios de trabajo consume no más de 24 KW al día. Pero para los corporativos, el hecho de mandar a sus empleados a hacer home office en volumen, si puede resultar un ahorro significativo. Haciendo números alegres, en tarifa comercial de $2.46 pesos por KW, las empresas se ahorran $1,771. 20 pesos al mes por trabajador; sabido esto, multipliquen este costo por el número de trabajadores que hacen home office en su empresa.
En el tema de telefonía e internet, una familia promedio podría solucionar sus necesidades de red con un plan de 50 megas que sirva para las necesidades meramente domésticas, pero con el “Home Office” la demanda de “bits” se incrementa al usar cualquier sistema de reuniones y conferencias electrónicas. El incremento de demanda de internet ocasiona que aumente el gasto doméstico de este servicio y se traduce en un ahorro proporcional al corporativo empresarial. Según la OCDE, el estimado mensual de uso de datos de una persona al mes en primer mundo es 20 Gigas, mientras que en México es de 5.8 Gigas. Supongamos que la mitad de este consumo se da dentro de horarios laborales, estaríamos hablando de un costo empresarial aproximado de $300.00 pesos mensuales por trabajador.
Es importante se empiecen a contabilizar todos los ahorros marginales que los corporativos generan al ejecutar el trabajo desde casa, porque muchos de estos se traducen en un incremento en costo de los trabajadores.
Intención con acción amigos, es válido alzar la mano para evitar que el gran cartel corporativo que se vuelve un monopsonio de mano de obra, no compense este incremento de gasto en su base trabajadora.
Comentarios: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Visita mis cuentas de:
Instagram: Fintech&Wine
Facebook: Fintech+Wine
