El noveno libro de Enrique Serna es una investigación de la maldad: a través de la disección de un personaje como el periodista Carlos Denegri, a quien exhibe como machista, egocéntrico, odioso y dominante, lleva a los lectores a ver los horrores de la prensa mexicana en la época que aún el PRI era el partido dominante y cuando servía de sicario a los personajes del poder.
Durante su presentación del libro en Puebla, realizada en la librería Profética y acompañado de la activista Verónica Mastretta, Enrique Serna admite amar y aborrecer a la vez a estos personajes que le permiten “diseccionar como una lagartija” la maldad.
El ejercicio no se trata de buscar la cara moralista de la historia, jamás lo ha buscado con sus libros, más bien intenta que el lector tenga un retrato de cuerpo completo del periodista Carlos Denigri o, como en otras obras como “El Seductor de la Patria”, pueda conocer y acercarse más a Antonio López de Santa Anna.
Incluso, este libro no buscar ser un manual de periodismo. Es más puede leerse como el manual para el periodista corrupto o una crítica al periodismo sicario, pero todo lo deja a los ojos y valores del lector:
Procuro compenetrarme emotivamente con el personaje por canalla que haya sido. Porque lo que a mí me interesa es que esté vivo ante los ojos del lector. No tanto hacer una predica moralizante. Yo dejo que saque las conclusiones el lector. Esta novela puede ser leída como un manual para triunfar en el periodismo corrupto pero también puede ser leída como como los horrores del periodismo corrupto. Y eso depende de cada lector y de los valores que tenga cada lector”.
Durante la plática con asistentes a la presentación, Serna fue cuestionado si habría algún paralelismo con la obra “Los periodistas”, de Vicente Leñero.
Podría ser una precuela. Porque 'Los periodistas' narra sucesos que ocurren seis años después de la muerte de Denegri. Trata de subrayar el heroísmo de esta generación de periodistas. No solo de Scherer sino de todo el equipo (...) A mí me gusta la investigación de la maldad, no por un afán moralizante si no por una curiosidad morbosa como la de un niño que abre una lagartija para ver qué tiene por dentro”.
A pesar de que la historia de Denigri tiene varias décadas de ocurrida, el panorama del periodismo mexicano no ha cambiado mucho a decir del propio Serna. Sin embargo, es más complicado que haya un personaje al nivel que él tuvo.
Ahora es más difícil pedir que alguien quiera vender la pluma a un gobierno o a la oligarquia. Si esos periodistas corruptos controlan o no controlan la opinión pública. Denigri era el rey de una opinión pública prostituida. Las universidades de provincia le daban doctorados honoris causa. Le pagaba 50 mil pesos al Excélsior para una plana en la que él después cobraba todos los ataques y todos los elogios”.
“Aún hay esperanza en López Obrador”
En la era de la Cuarta Transformación, Serna considera que aún tiene esperanza en el presidente Andrés Manuel López Obrador a pesar incluso de su relación con la prensa que ha provocado incluso desencuentros televisados en la conferencia “mañanera”.
Todavía tengo cierta fe en López Obrador. Si este gobierno fracasa, yo creo que México se hunde”, comentó el escritor.