Las cantinas se han puesto de moda en Puebla. Antes eran mal vistas y consideradas lugares de mala muerte, pero ahora están recobrando vida. Jóvenes, no tan jóvenes, personas de la tercera edad, mujeres y hasta turistas nacionales y extranjeros, conviven en estos lugares; hay para todos los gustos, desde las más decentes, las más hipsters, hasta las populacheras, pero lo que sí es un hecho es que siempre están a reventar, además que siguen igual de baratas, por lo que se han convertido en una opción para el entretenimiento y el ocio o simplemente para quitarte la “sed de la mala”.
Estos pequeños rincones están llenos de historia, algunos hasta tienen un valor cultural pues surgieron como espacios de reunión para personas que gustaban de la compañía de amigos, en los que escritores encontraron la inspiración de las más grandes obras realizadas, eran lugares originalmente para hombres donde la masculinidad tomaba forma mientras le daban gusto a sus sentidos con las bebidas que ahí se consumían.
Y aunque hay que aceptar que los tiempos han cambiado, también hay muchas mentes innovadoras tratando de conservar el concepto o intentando tomar cierta influencia de ello, para llevarlo a la modernidad de la ciudad de Puebla. Como sabemos que en la capital poblana hombres y mujeres gustan de una rica cerveza, te dejamos el #Top5 de las cantinas más populares, y si vienes de otra ciudad u otro país, son una visita obligada, pues ir a estas cantinas es tan necesario como ir a la Catedral o al Africam, no puedes decir que visitaste Puebla y no haber entrado a alguno de estos lugares.
¡Pásele!
La Pasita
3 sur #504, Centro Histórico
No podíamos hablar de cantinas sin mencionar a una de las famosas en toda Puebla Capital.
Resulta que La Pasita lleva abierta desde 1916, lo que ha sorprendido a todos los poblanos y visitantes por la longevidad de este negocio, por lo que se ha convertido en uno de los atractivos turísticos de esta ciudad. Por este lugar han pasado desde artistas y hasta presidentes de México.
La típica bebida es obviamente el licor de pasa a un precio bastante accesible de 30 pesos, que se sirve con una porción de queso y una pequeña fruta seca; todo esto se prepara al momento y de forma artesanal.
Existe una leyenda sobre este lugar bastante interesante: la gente cuenta que puedes pedir la intensidad de la pasita de acuerdo a las calles que quieras caminar y mantenerte en tus cinco sentidos, pues después te quedarás tirado. Incluso, los cantineros te preguntan “¿Cuántas cuadras?” al momento de servir la pasita.
La Pasita se ha convertido en el punto de reunión de grandes y jóvenes que cada que pueden asisten a este pintoresco lugar a probar uno de los 23 sabores con nombres peculiares con los que cuenta este recinto: La sangre de artista, un licor de membrillo y chabacano; Fantasma, un licor sabor coco; La china poblana, un licor de zarzamora, jamaica, rompope y licor de menta; entre muchos otros más.
La Terminal
3 sur #504, Centro Histórico
Este lugar ubicado en el corazón del Centro Histórico ha cobrado gran relevancia entre los jóvenes gracias a sus increíbles bebidas preparadas y su ambiente a cantina de antaño que a muchos encanta.
La Terminal tiene todos los elementos que la convierten en una cantina de verdad. La decoración bohemia y el ambiente que sus empleados y clientes crean en este pequeño local de menos de 10 mesas, son la opción ideal cuando sales del trabajo o quieres una cerveza.
El distintivo de esta cantina son definitivamente las sangrías o vampiritos, cuya receta única te harán que quieras pedir más, pero ojo, no dejes que te engañe su buen sabor, porque estamos seguros que con una quedarás bastante satisfecho.
También es muy común tener visitantes ocasionales que te canten algunas canciones de su amplio repertorio musical mientras pasas un buen rato con tus amigos.
Licorería San Pedrito
Avenida 9 oriente #16, Centro Histórico
Este lugar ambientado con decoración rústica tiene poco tiempo pero un alma vieja. Ubicado también en el centro de la ciudad, San Pedrito es el punto de encuentro de aquellos que disfrutan de las bebidas nacionales y artesanales, como la gran diversidad de marcas y tipos de mezcales con los que cuentan.
El ambiente relajado, la música bastante actual y el viejo edificio estilo colonial, harán de tu reunión con los amigos una estancia bastante agradable. Ni vas a querer irte.
La famosa grosellita es la bebida de la casa, una receta especial que contiene una mezcla de aguardiente de piloncillo, grosella, sal, jugo de limón y hasta sal de gusano (suena raro pero sabe bien), así que no dudes en probarlo si lo que estás buscando es salir de la rutina y pedir algo diferente.
La Popular, Mezcal y Pulque
Avenida 2 oriente, #403, San Pedro Cholula
En el centro de San Pedro Cholula, a escasos 20 minutos de la capital poblana, se esconde un pequeño lugar decorado al estilo antiguo de las viejas licorerías y cantinas que crecieron y evolucionaron en Puebla. Actualmente, es frecuentada en su mayoría por jóvenes que buscan experimentar ese ambiente vintage, con buena música y una vasta variedad de bebidas artesanales.
La Popular también ofrece como botanitas la exótica gastronomía tradicional de la región, como los chapulines bien doraditos con una pizca de sal. En cuanto a la especialidad de la casa, los mezcales son la mejor opción, obviamente el pulque natural o curado y claro que también podrás disfrutar de una cerveza bien fría con tus amigos.
La barra, la iluminación, la decoración colorida y el servicio (además de las promociones en bebidas y comidas) definitivamente te harán volver a este lugar, más de una vez.
La Mina de Plata
Calle 3 norte, #803, Centro Histórico
Esta cantina con más de 60 años de historia en la capital poblana sigue siendo una joya cultural que mezcla el clásico folklor mexicano con sus bebidas más representativas. Un pequeño lugar atrapado en el tiempo que sigue sirviendo los mismos licores a gogo de la manera más tradicional.
El jugo de rana, el jerez, los mojitos y el rompope que solo se vende por temporadas, son algunos de los grandes éxitos en este lugar, todos ellos preparados con una receta especial que los diferentes trabajadores del lugar, han logrado perfeccionar durante todo este tiempo.
Una pared cubierta de botellas de licor de antaño, una vieja máquina registradora, libros y algunas cajas de refresco son la compañía de José López, el encargado de atender el negocio y con quien, si tienes tiempo, te puedes echar una buena plática, pues más que sólo servir bebidas, él es parte de la esencia de La Mina de Plata.
