El 3 de julio de 2018, cuando Morena irrumpió en el Hotel MM de Puebla y acusó que ahí estaba montado un laboratorio electoral del morenovallismo para favorecer a Martha Erika Alonso en el recuento de votos, las decenas que morenistas que durante horas se apostaron ahí estuvieron seguros de que adentro estaba la gobernadora electa, Martha Erika Alonso, por eso esperaron hasta media noche e hicieron todo lo posible por impedir que salieran los panistas "hasta que ella diera la cara".
Hoy, poco más de un año después, el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa, y entonces candidato de Morena, confesó que en efecto, Martha Erika Alonso estaba en el nido lleno, según ellos, de actas falsas y que la dejaron salir porque fue una orden que recibió directamente de México.
Lo hizo durante la presentación del libro del periodista poblano, Mario Alberto Mejía, "Miedo y Asco en Casa Puebla", en donde empezó a contar los detalles de la historia, de aquel día que "reventaron" el centro de operación morenovallista, según él gracias al pitazo de uno de los guardias de seguridad.
Sí estaba adentro, todo el tiempo estuvo ahí, pidieron una ambulancia para una mujer que estaba en coma diabético, pero ahí estaba Sandra Izcoa, su equipo de guardaespaldas, qué tenían que hacer ellos si ella no estaba ahí".
Según el ahora gobernador, vio un chat entre dos policías que decían que la panista estaba adentro.
A las 11 de la noche me piden de Mèxico que me dejen salir", dijo pero no quiso contestar quién se lo pidió. Dijo que estaba en la cocina.
Hay que recordar que después de lo que pasó, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), inició una investigación y señaló que ese lugar resguardaba material electoral legal y de uso de los partidos politicos, descartó que se tratara de un laboratorio, como había denunciado Morena.