A propósito de las recientes sanciones de EEUU al gabinete poste
habita venezolano, me pregunto si nunca habían pensado que la justicia
llega, tarda a veces, pero llega.
No podemos medir estadísticamente la cantidad de personas que están
pasando hambre en Vzla, sin desayuno, sin almuerzo y sin cena... Hasta
que la quincena les llegue o logren emigrar por la frontera.
Tampoco podemos medir la cantidad de dinero desviado a los bolsillos
de estos gobernantes venezolanos pues es evidente que no todo queda
"resguardado" en cuentas de banco.
Lo que sí podemos saber, son los montos de dinero que han quedado
resguardados en EEUU, suiza y otros países de la Unión Europea,
gracias a los bloqueos económicos que se le han hecho a estos
inhumanos para que no puedan mover "su" capital. Me pregunto, si en
verdad creyeron que estaban fuera del sistema global y que después de
causar tanto dolor humano, lo inane a poder gastar con plenitud.
La verdad es que no se saben las cifras exactas, lo que si es cierto
es que la injusticia tiene un límite, y ese justo y preciado momento
en el que la oscuridad del túnel permite ver más claramente el brillo
de la luz al final del camino... Ese precisado momento en que la
justicia llega, como el agua que le hace falta al chocolate para que
se perciba placentero.
Aún hay mucho por recorrer pues el corrupto prepara su camino al dolor
como redención de su culpa en retribución del sufrimiento de
abstenciones a otros con el que fue construida su fortuna, pero hay
una esperanza, sin duda, es claro que estas acciones que están
ocurriendo por parte de los países que pueden hacer algo al respecto,
genera para el oprimido pueblo venezolano, esperanza. Que así siga
siendo, y que así se reconstruya la esperanza, así sea.
Gracias por leerme.
El hada de guerra.