Un británico de 33 años se cortó el pene mientras se encontraba bajo los efectos del alcohol y salió corriendo a la calle para solicitar ayuda por el fuerte dolor que le produjo la amputación.
También indicó en qué parte de su vivienda había dejado su miembro para que los médicos pudieran implantarlo, lo que lograron con éxito. No obstante, las autoridades no están convencidas de la historia del hombre, por lo que abrieron una carpeta de investigación para aclarar lo sucedido.
En el trayecto se entrevistarán a las personas que viven con él, así como a todos con los que se cruzó mientras salía a la calle, aunque todo apunta a que el hombre sufre de problemas psiquiátricos, informa ABC.