Martha Erika Alonso cumplió con el primer paso para que su nombre aparezca en la boleta de la elección del 1 de julio al registrarse como precandidata del Partido Acción Nacional (PAN) a la gubernatura de Puebla. Lo hizo cobijada por los morenovallistas que han acompañado a los abanderados albiazules en los últimos procesos electorales y de Eduardo Rivera Pérez, quien regresó al redil después de ser humillado sistemáticamente.
Para no quitarle reflectores a su esposa, el ex gobernador Rafael Moreno Valle no acudió a la sede estatal del PAN a ser testigo del acto protocolario. Justo hoy la pareja RMV-MEA cumplió 14 años de casados.
Cerca de 300 panistas de diferentes partes del estado coparon las instalaciones del blanquiazul y lanzaron las primeras arengas de lo que será la campaña que arranca el 29 de abril.
Martha gobernadora, Martha gobernadora” y “aquí y ahora, Martha gobernadora”, decian al unísono las huestes de Acción Nacional.
En su primer mensaje, la ex presidenta del DIF Estatal dejó claro que su objetivo en la elección de este año no solo es convertirse en la primera gobernadora de Puebla, sino en la única mujer en la historia de Acción Nacional en encabezar el Poder Ejecutivo de un estado mexicano.
De la mano de cada uno de ustedes podremos ser la primera gobernadora de este estado y la primera gobernadora del PAN en el país”.
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La dupla Martha Erika Alonso-Eduardo Rivera —los candidatos del PAN a la gubernatura y a alcaldía— se presentó públicamente por primera vez en Puebla, después de que la semana pasada llegaron a un acuerdo ante la dirigencia nacional del partido con la mediación del gobernador Antonio Gali Fayad.
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El primero en llegar fue Lalo Rivera. El ex alcalde aprovechó para reencontrarse con panistas y tomarse selfies afuera del PAN Estatal; por un momento pareció que el registro sería el de él. Sin embargo, los gritos de apoyo de Acción Juvenil dejaron en claro que Martha Erika era la protagonista.
Ella llegó unos minutos después y avanzó por el pasillo humano que armaron los panistas hasta llegar a la oficina donde se encontraban los miembros de la Comisión Auxiliar Electoral, a quienes debía entregarles su documentación respectiva.
En todo momento, Martha buscó que el mensaje de unidad y cercanía prevaleciera con el ex edil de Puebla, inhabilitado por 12 años en el Congreso de Puebla hace unos meses y a la espera de que le revoquen esa sanción.
¿Dónde está Lalo?”, preguntaba Martha Erika antes de ingresar al salón. Él la alcanzó unos minutos después y el registro se concretó sin sobresaltos.
En el baúl de los recuerdos quedaron momentáneamente los agravios que se lanzaron el grupo de Moreno Valle y el de Lalo Rivera.
Y la muestra de ello fue que en su discurso, la ahora precandidata albiazul le dedicó unas palabras del líder de El Yunque en Puebla:
Agradecerle a Lalo Rivera quien tiene compromiso social y que estoy segura que con la unidad seguirá siendo la primera fuerza electoral”.
Aunque en entrevistada por medios de comunicación dijo que el propio Rivera debe responder tras el proceso jurídico y de asumir que enfrentó una persecución política del morenovallismo.
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La fiesta morenovallista no podía estar completa sin que Martha Erika Alonso cargará un gallo y lo levantará ante sus simpatizantes. De manera simultánea los panistas coreaban “Martha es mi gallo”.
Ella repitió la misma escena que en 2010 realizó Moreno Valle y Antonio Gali Fayad cuando fue candidato a la alcaldía en 2013 y más tarde a la gubernatura en 2016. En todos los casos, el presidente de Teziutlán, Antonio Vázquez fue quien entregó el ave.
Martha Erika estuvo acompañada por el grupo de mujeres que de ahora en adelante serán denominadas “alonsistas”. La lista está integrada por Corona Salazar, Patricia Leal, Carolina Beauregard, Blanca Jiménez, Genoveva Huerta, Lilia Arminda García y Mónica Rodríguez.
En primera fila lanzando porras también se encontraban los diputados federales Eukid Castañón, Rubén Garrido y Miguel Ángel Huepa, así como los legisladores locales Jorge Aguilar Chedraui, Pablo Rodríguez y Franco Rodríguez.
Eduardo Rivera solo cumplió con las formas y llevó a un grupo pequeño de militantes, entre ellos Pablo Montiel Solana, Adán Domínguez y Guadalupe Arrubarrena.
Otro panista que regresó a los actos proselitistas fue Francisco Fraile García, otrora pastor de los panistas poblanos y fiel al ala más conservadora del blanquiazul.
