José Guadalupe Flores fue testigo de cómo pobladores de Acatlán quemaron vivos a su tío Alberto y a su hermano Ricardo en la plaza principal, después de que los acusaron de robachicos y los policías decidieron entregarlos al pueblo.
En entrevista con PÁGINA NEGRA, José cuenta que llegó a la comisaría en donde estaban detenidos e intentó convencer a los policías de que lo ayudaran, pero los uniformados se escondieron.
Los policías estaban escondido. ‘Ustedes deberían mantener el control, saquen a la gente’, les dije. ‘¡Ábrete a la verga porque te van a hacer lo mismo!’, me contestaron. Las personas me empezaron a empujar, a jalar. Había unas muchachas en su ventana viendo todo y nadie me ayudó”.
El joven dijo que salió de la Comisaría para buscar al alcalde Guillermo Martínez Rodríguez pero nunca lo encontró ni hubo alguien que le ayudara a contactarlo.
Fui a Presidencia, toqué oficina por oficina y nadie me atendió”.
José Guadalupe fue a recoger a su abuelita a la parada de las combis, para ver si ella podía convencer a los pobladores de que Alberto y Ricardo no eran delincuentes, pero narra que cuando llegaron ya estaba ardiendo en llamas la camioneta y, cuando se acercaron los cuerpos de su hermano y de su tío ardían en llamas.
El joven dice que su tío aún estaba vivo, que pudo escucharlo respirar. Cuenta que se quitó la sudadera y la camisa para tapar sus cuerpos.
Cuando llegué mi hermano estaba tendido, mi tío todavía como que respiraba, la gente riéndose diciendo que qué bueno, que al próximo que se quisiera pasar de lanza así le iba a ir, decían ‘de que lloren en mi casa a que lloren en la suya’. Me quité la sudadera se la puse a mi hermano, lo tapé, me quité la camisa y se la puse a mi tío”.
El joven increpó a los pobladores que los habían matado, ellos se justificaron diciendo que los quemaron porque se habían robado tres niños.
—¿Dónde están los tres niños? No es cierto, investiguen bien —les dijo.
Fue la tarde del 29 de agosto cuando Alberto Flores y Ricardo Flores fueron detenidos por consumir bebidas alcohólicas en la vía pública. La mujer que dio a aviso a la policía dijo que temía que fueran robachicos y así empezó el rumor.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) solo ha informado que fueron detenidos cinco policías, dos por entregarlos a la turba y tres por no avisar a las autoridades y seguir los protocolos.