El primer ministro francés Edouard Philippe dio a conocer este martes la suspensión por seis meses del incremento al precio de los energéticos, una medida que busca calmar las multitudinarias protestas encabezadas por el grupo conocido como ‘los chalecos amarillos’.
En conferencia de prensa, el funcionario galo señaló que “ningún impuesto merece poner en peligro la unidad de la nación” y agregó que se necesitaría estar “sordo” para “no escuchar el enojo” entre buena parte de la población, aceptando así el gran encono causado por la medida que iba a entrar en vigor el 1 de enero.
Esto, luego de que este fin de semana arreciaran en París y varias ciudades más las manifestaciones de los ‘chalecos amarillos’, convocadas por redes sociales y sin un liderazgo o estructura reconocible.
Los ‘chalecos amarillos’ reaccionaron afirmando que la medida es insuficiente, dejando abierta la posibilidad de llevar a cabo nuevas manifestaciones.
"Los franceses no quieren migajas", dijo a la agencia AFP Benjamin Cauchy, una de las figuras de los "chalecos amarillos", aunque acogió positivamente lo que llamó un "primer paso”.
"No estamos para nada satisfechos. Sólo son anuncios para calmar la situación", abundó la encargada de comunicación de Yellow Friday Revolution, un grupo de "chalecos amarillos" de la región de Burdeos (suroeste) que reivindica contar con 6.000 miembros en Facebook.
