25 de Abril del 2024

Bad Romance: Amor y venganza

Por Betzabé Vancini / /

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Seguramente conoces a parejas que tienen una vida juntos de pesadilla. Se pelean, se reconcilian, se engañan, terminan, vuelven y parece que no se dan cuenta de que están en un círculo vicioso que les destruye. A este tipo de relaciones apasionadas, destructivas y adictivas se les conoce como ‘bad romance’. Sí, como la canción de Lady Gaga. 

Hay que entender una cosa: el amor y el deseo de venganza son emociones muy intensas, son pasiones que frecuentemente se mezclan y que vemos reforzadas en la literatura, el cine, la televisión. 

Si nos vamos al origen, hablaríamos de los más profundos impulsos de vida y de muerte de los que hablaría Freud en ‘Eros y Tanatos’. Y es que, aunque no lo parezca, dentro del amor está siempre el deseo irracional de destruir el objeto amado. 

Existen parejas que están unidas por un fuerte impulso sexual pero que fuera de la habitación les cuesta mucho trabajo llevarse bien y estar en paz. Es una cuestión básica, animal, es decir, que su instinto les lleva a estar juntos y a lograr la satisfacción pero son incapaces de establecer una convivencia racional. Viven entre el enojo de las peleas y la satisfacción sexual. 

OJO, quiero aclarar que no estoy hablando de relaciones de abuso o maltrato donde hay una víctima y un victimario. Si no de parejas que parece que entre más pelean más unidas están en una dinámica que parece incomprensible para quienes les observan desde fuera. Podríamos llamarles también sadomasoquistas emocionales, pues disfrutan de igual manera el sufrimiento que el premio y la pelea que la reconciliación. La dinámica siempre está activa, no hay momentos de aburrimiento porque o se aman mucho, o se odian mucho. Son relaciones muy intensas y difíciles de romper. 

Sin embargo, una pizca de ‘bad romance’ no es del todo mala para una relación. Bert Ellinger, psicoterapeuta familiar, decía que hay que unir el amor a la venganza. Te explico: cuando uno en la pareja siempre es el sensato, el receptivo, el que perdona, el que cuida, el de los detalles y el otro no, se va creando una deuda de amor que le será imposible de pagar al que no tiene esta actitud tremendamente generosa. Y es ahí cuando llegan los reclamos: “yo siempre te he perdonado”, “yo he hecho tal cosa por ti.” El amor no puede funcionar así. Debe partir desde una base de equidad. ¿Qué quiere decir esto? Que o los dos somos fieles, o los dos infieles, o los dos somos pacientes o los dos irritables, o somos de perdón fácil o no, pero los dos, siempre los dos. Puede parecer descabellado pero esta será la única manera en la que al terminar la relación acabemos tablas y la deuda en cero. 

Puede parecer loco para quienes les vean y para los que nos dedicamos a esto de la salud mental nos parece una conducta de riesgo, pero te puedo dar muchos ejemplos de parejas que conozco que están en un bad romance y son muy felices. 

Mientras los dos estén de acuerdo cada quién sabe qué hace de su vida emocional e íntima. Eso sí, lo recomendable será siempre una relación basada en el respeto, el diálogo, el cuidado mutuo. 

Como siempre estaré atenta a sus comentarios y preguntas vía Twitter en @betzalcoatl 

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