La guerra entre Miguel Barbosa y Alejandro Armenta se está recrudeciendo. A unos días de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), resuelva la impugnación para anular la elección a gobernador, las descalificaciones en público y privado entre ambos van arreciando.
¿El motivo de esta guerra cruenta?
Pues ni más ni menos que la candidatura al gobierno del estado, si es que el máximo tribunal electoral del país decide echar abajo la elección. Por supuesto, tanto en Morena como en el PAN están seguros de que el resultado los favorecerá y cada quien da su propia versión de los hechos, juran que ya está todo listo y pactado.
Pero esta incertidumbre y estos chismes de radio pasillo están provocando que en Morena se den con todo por la candidatura al gobierno, pues aunque Yeidckol Polevnsky aseguró que su muy mejor amigo Barbosa será nuevamente el candidato, nadie está seguro de que eso sea cierto, sobretodo porque López Obrador no lo quiere, dice que representa todo contra lo que lucha Morena.
Y es justamente en este pequeño hueco, huequito por donde se quiere colar el senador Alejandro Armenta Mier, aprovechando la incertidumbre y la poca tolerancia que muchos de Morena le tienen a Barbosa, está seguro que puede hacerse de la candidatura al gobierno del estado y ganar la contienda y convertirse en el nuevo gobernador.
Tanto está seguro que ya empezó a armar su ejército electoral y me han contado que está cooptando o intentando cooptar a los pocos operadores electorales que le quedan al PRI, además de que anda en busca de nuevos talentos en el arte de esa operación para que empiecen a trabajarle específicamente la capital poblana.
Incluso es una buena oportunidad para las jóvenes promesas de la política, pues anda en busca de chavos o chavas de 25 a 30 años del sur de la ciudad para que sean sus operadores electorales. Las funciones que deben desempeñar es promocionarlo por tierra, realizar reuniones para presentarlo y juntarle a gente para que vote por él.
En lo particular prefiero mil veces a Armenta que a Barbosa, lo malo es que la decisión no está en mis manos sino en las de Andrés Manuel López Obrador y tampoco soy tan persuasivo como Yeidckol Polevnsky para que el ex priista sea el candidato y no el ex perredista.
Pero primero tendríamos que esperar a que el TEPJF resuelva la impugnación y saber si efectivamente se echará abajo la elección o no. Será en ese momento cuando me ponga a rezar para que Morena nos libre de todo mal y de Barbosa.
