18 de Abril del 2024

Cuando la represión calló al hambre, la emigración gritó: el país caribeño que pide AUXILIO

Por Luz Marina Manzano Gómez / /

gritos esperanza

En menos de tres años se ha generado el mayor flujo migratorio de la historia suramericana, con más de 4millones de venezolanos que han salido del país.

¿Alguna vez se ha puesto a pensar si el que está sentado junto a usted en un bus o el que va caminando a su lado en la calle ha desayunado al comenzar el día para cumplirlo con energía?

Al estudiar, ¿alguna vez pensó que, si conseguía trabajo, éste nunca le iba a permitir tener bienes porque todos los días su salario sería devaluado junto con la moneda nacional?

O peor aún ¿Alguna vez se imaginó que no le importaría arriesgar su vida en una protesta en la calle frente a otros sujetos armados con tal de tener usted y sus familiares una posibilidad de futuro con un mínimo de calidad de vida? Eso está pasando en Venezuela…

Trabajar día a día, poco vale la pena, pierde sentido trabajar si su remuneración no va a permitir tener y mantener un mínimo de bienes, ni forjar un proyecto de vida. Así, los jóvenes especialmente, esperan con ansias la caída del imperio…Pero no el de monarquías, como las realezas europeas o como las conocemos en los libros de historia, sino el de personas más corrientes que comunes, personas que, a través del manejo ilícito de los ingresos petroleros venezolanos, y de negocios mafiosos (se dice que el más grande del Caribe, conocido como el Cartel de los Soles) se hicieron de grandes fortunas de dinero, que ahora sirven para comprar nuevas unidades de transporte, nuevos uniformes y nuevas armas a los policías y militares que rondan las calles de Caracas y de las ciudades más importantes del país, entre otros lujos exorbitantes de los mandatarios que lamentablemente hemos visto rodar en rrss.

Ahora, pensar distinto a ellos es pecado, y el que se alce públicamente a pensar distinto con la búsqueda de la caída del imperio, paga con cárcel o con muerte, no hay más.

El deterioro de la sociedad gracias a su economía es notorio. Las medidas económicas aplicadas al país han hecho que se mantenga una especie de imperio en el gobierno que como su nombre lo sugiere, trasciende en el tiempo, mientras que las condiciones en cuanto al hecho de cubrir las necesidades básicas, son cada vez peores, es sencillamente cada vez más inaccesible la sobrevivencia en el país. La VIDA se hizo un bien de LUJO.

Es tal la realidad que, aun cuando la represión dictatorial fuera un problema de conflicto interno, el problema se ha convertido en una dificultad de nivel internacional para los países de la región, de la suramericana especialmente, al verse en la posición de recibir a una cantidad de migrantes venezolanos, para la cual, muchos de ellos no estaban preparados. Es así como, se empieza a visualizar el derecho internacional como una opción, cuando la justicia interna no es viable, con una situación realmente crítica como la que está ocurriendo en este país. Apelar entonces a formas jurídicamente establecidas para poder llevar a cabo la salvación de la vida de millones de personas de una población, indica que hay que revisar el Derecho Internacional para visualizar posibilidades. En este sentido, las excepciones en cuanto a lo que implicaría una intervención, por ejemplo, de tipo humanitaria, suelen ser dialogadas en mesas internacionales, a modo de llevar a cabo decisiones y resoluciones conscientes en favor de las sociedades y los pueblos, y no de grupos de interés. Este tipo de decisiones suelen ser temas álgidos de delicadeza estratégica y de rigurosidad intelectual en cuanto a cuestiones de seguridad internacional, dado que la afectación de un país llevada a cabo por una intervención podría desatar la escalada de violencia no sólo interna sino hacia otros países cercanos o no a la región que se buscara intervenir, y esto debe ser llevado a cabo bajo los principios del derecho internacional, incluyendo los usos y costumbres de las naciones, al menos, en teoría.

Es así como distintas ongs han hecho un fuerte llamado al Consejo de Seguridad de la ONU, explicando que es totalmente insostenible que se siga manteniendo y solapando (porque no actuar contra la violación del derecho a la vida sería una especie de solapamiento) un sistema dictatorial como el que se está llevando a cabo en Venezuela, ya es contra natura.

De allí la importancia de reflexionar sobre una posible intervención internacional de tipo militar y/o humanitaria para evitar el sostenimiento del imperio madurista y procurar la sobrevivencia y bienestar de las necesidades básicas y del derecho humano a la vida de un pueblo, que lo callaron con armas, pero que gritó con invasión de territorio ajeno para poder pedir AUXILIO ante una situación que ya es totalmente intolerable.

Que el Consejo de Seguridad y todo aquél que se diga responsable de un cargo de índole internacional se tome en serio sus funciones y haga lo que tenga que hacer al respecto, que no se solape más tiempo la posibilidad de repetirse una historia como ésta en el mundo, esa es la esperanza.

Gracias por leerme.

El Hada de Guerra.

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