Hoy es un día en el que vale la pena platicar acerca del regreso a clases, creo que este es el momento en que la mayoría de los actores educativos estamos con toda la energía dispuesta para empezar un nuevo ciclo que contenga alegría, conocimiento y esperanza.
Y es que no es para menos: según cifras de El Universal, en este periodo van a ingresar 31 millones de alumnos a clases. Este número incluye desde el nivel preescolar hasta la media superior, y a su vez implica un gran cambio en la logística de cada familia, puesto que ahora también se debe reservar un tiempo para dejar y recoger a los hijos así como también otro espacio para apoyarlos durante la ejecución de sus actividades relacionadas con el estudio.
Y es en este punto en el que quiero detenerme: cuando dejamos a nuestros hijos en la escuela, normalmente le hacemos recomendaciones del tipo: pórtate bien, estudia, obedece a la maestra. Sin embargo cuando nuestro hijo regresa él no viene acompañado de instrucciones como haz tu tarea, ayuda a tus papás o ve sólo 30 minutos de televisión. Esta discrepancia es la diferencia que creo yo fundamenta la distancia en el desempeño escolar de los alumnos.
Y de una vez quiero confesarles que no creo en las soluciones simples, de hecho, el tratar de reducir el desempeño escolar de los alumnos a unas instrucciones que deben seguirse durante la tarde es un esfuerzo equivocado. Pero si quiero comentarles que una gran parte del resultado final de los alumnos durante el periodo escolar es consecuencia del esfuerzo y seguimiento qué le dan los padres todos los días durante la tarde.
Y además de revisar las tareas no hay que dejar de poner atención en las indicaciones de los maestros. Les comento que hace un año mi hija quién estaba el primer año de primaria no tuvo buenos resultados en sus exámenes finales. Cuando mi esposa y yo revisamos lo que habíamos hecho o dejado de hacer, nos percatamos de que aunque confirmamos sus tareas, nunca le prestamos atención a la guía de exámenes finales, actividad sugerida por su maestra pero que no la seguimos debido a un problema de lectura -error de padres novatos-, hasta ese día nos dimos cuenta de la importancia que el repaso de los reactivos era importante para que mi hija tuviera mejor desempeño en su última evaluación.
Y aquí también quiero hacer aclaración: tanto mi esposa como yo estamos conscientes de que el resultado final de un examen no revela ni el nivel de conocimiento y mucho menos la adquisición de una competencia, sin embargo entendemos perfectamente la importancia de mantener un promedio adecuado en un sistema educativo donde los dieces valen más que los saberes.
Esta experiencia nos llevó a confirmar que el acompañar a los hijos durante la tarde mientras hacen la tarea, no solamente favorecerá la generación de nuevos hábitos de estudio, sino que también permitirá cerrar lazos de comunicación entre los padres y los hijos y también enriquecerá la experiencia de aprendizaje.
¿Queremos que nuestro hijos tengan un mejor desempeño educativo?, para ello vale la pena que hagamos nuestra parte: acompañarlos durante el proceso de estudio dentro de la casa, así como también evitar que desarrollen malos hábitos como por ejemplo: no hacer la tarea con la televisión prendida, no leer y al mismo tiempo escuchar música, evitar distractores como el uso de teléfonos celulares para comunicarse con sus demás compañeros, asignar tiempos para la ejecución de la tarea o el estudio. Este último punto es muy importante ya que el ser humano tiene límites y no es conveniente en términos pedagógicos forzar la atención más allá de un determinado tiempo.
Pero también Quiero invitarlos a que disfruten en conjunto con sus hijos acerca de esta primera semana de experiencia educativa, ¿no recuerdan qué sentían en el primer día de clases?, ¿cuáles eran las ilusiones que tenían durante ese primer contacto con la escuela? Recuerden los compromisos personales para hacer bien todo lo que se pidiera, el cuidado hacia los útiles escolares nuevos, la emoción de volver a ver al amigo, el compañero o la novia después de 2 meses.
Esta experiencia que para nosotros fue emocionante, también lo es para nuestros hijos y vale la pena platicar con ellos acerca de este día, no con la intención de darles consejos sino para que sea una experiencia de vida para nosotros, el recordar más adelante cómo fue el primer día de clase de nuestros hijos y platicarlo con ellos cuando sean adolescentes seguramente será una vivencia única.
No quiero terminar esta columna sin comentarles que también durante el inicio a clases también se programan los cursos extra escolares: ya estoy viendo a las mamás que están buscando en dónde colocar a sus hijos todas las tardes durante los cinco días a la semana. Aunque es claro que cada familia programa las actividades extraescolares de acuerdo con sus necesidades y expectativas, también lo es el hecho de que no dimensionan el esfuerzo que eso conlleva en sus hijos.
Tomar una clase de inglés dos veces por semana no se oye mal, pero si lo será si además esto viene acompañada de las clases de karate, ikebana y piano. Los niños al desarrollar sus hábitos de estudio también deben entender el valor del tiempo, y aunque me pueden argumentar que la programación es clave para que el niño haga todas las actividades, la realidad es que el esfuerzo derivado de ello afecta el desempeño escolar. Un par de actividades extraescolares está muy bien, más de ello no es recomendable.
