La impugnación en Puebla se sale de control
los de Morena van por la anulación
exigen a sus electos distancia y “discreción”
hasta obtener una favorable resolución.
A través de twitter instruyen a su gente
no reunirse con el Estado ni hacerse presente.
La alcalde rebelde buscó tender puentes
y su osadía puso el ambiente caliente.
Claudia Rivera desacató la instrucción
fuimos testigos de la tensión que desató.
El dirigente imprudente hizo gala de imposición
y Barbosa presiona, huele a desesperación.
¿Qué la ropa sucia no se lava en casa?,
¿las diferencias no se dirimen al interior?
¿Dónde están los políticos que se suponen son?
¿Dónde guardar las formas y reservarse el show?
Los candidatos electos deben irse con cuidado
su institucionalidad puede salirles caro.
Su partido pierde piso; les sale lo obstinado.
Todas sus cartas puestas en hacerse del estado.
El problema es detener la transición
por esperar que un fallo les dé la razón.
Cerrar canales, no entablar comunicación.
La intransigencia como cuando eran oposición.
AMLO debe ser ejemplo de mesura y discreción
respetar un instituto no significa sumisión;
apelar a las vías que creó la constitución.
Descalificar los órganos no abona a la transformación.
Morena y su presidente deben asumir su rol
investirse urgentemente como políticos de visión
a ellos los elegimos para dirigir la nación
hacer oficio y no copiar los hábitos tuiteros de Trump.
La cerrazón nunca trabaja a favor
atrae parálisis, desigualdad y agresión.
Un fallo puede ampliar la polarización.
Esta historia pinta feo.
Mejor nos vemos amable lector.
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