19 de Abril del 2024

¿Por qué hay que reformar la Reforma Educativa?

Por Martín Ochoa / /

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Ya se han terminado las elecciones y esta es una buena noticia para la sociedad puesto que ya sabemos quién va ser nuestro presidente, su plataforma política y por supuesto, su proyecto de nación. Uno de los temas que me parece más interesante del resultado de esta última elección, es el hecho de que uno de los puntos en donde nuestro virtual presidente fue muy claro, es en el sentido que la Reforma Educativa tenía que replantearse.

Les confieso que una de las razones por las que yo he estado muy interesado en darle seguimiento a esta siguiente fase del proceso post electoral se debe a que: ahora las entrevistas que pasan en la televisión ya no son con los representantes de los candidatos, sino más bien con los futuros secretarios de cada una de las carteras de gobierno. En el caso de la educación, lo expuesto por Esteban Moctezuma en estas semanas no deja lugar a dudas con respecto a dos aspectos que darán mucho que decir durante todo este sexenio.

Como un primer punto y que resulta interesante en muchos sentidos, es el hecho de que la sede de la Secretaría de Educación Pública se moverá a nuestra ciudad de Puebla. Puede haber comentarios en contra de ésta decisión –de hecho he escuchado y leído comentarios hechos muy a la ligera y por lo tanto con poco fundamento-, pero me permito comentarles que en su momento fui testigo de la transformación que vivió la Ciudad de Aguascalientes cuando el INEGI se mudó hacia dicha capital. Efectivamente en su momento se llegó a hablar acerca de “los chilangos”, sus hábitos y costumbres (incluyendo la quesadilla sin queso), y aunque cada quien habla como le va en la feria puedo comentarles que mi impresión fue bastante positiva ya que el impacto económico que tuvo fue relevante en una ciudad pequeña pero con potencial enorme que por cierto lo aprovechó en las siguientes décadas.

Pero por otra parte y más que una decisión de forma, es que la reforma educativa si tiene que modificarse de fondo. En su momento, me permití compartirles un análisis más profundo de cómo se encuentra concebida esta reforma, así como también su interpretación para definirla bajo un modelo educativo. Para mantener el contexto, también les he mencionado que el modelo educativo -concebido bajo la reforma educativa para los sistemas: básico y medio superior-, presenta carencias epistemológicas, teleológicas, así como también fuertes deficiencias tanto didácticas como pedagógicas.

Uno de los aspectos que me parece más molesto del actual modelo educativo para la educación básica, es que se anuncia como un modelo competencial. Esto implica que se pretende desarrollar competencias en nuestros niños. ¿Pero por qué me parece tan chocante?, hace un par de columnas me permití comentarles acerca del modelo educativo basado en competencias, en ese punto les mencioné a grandes rasgos, que las competencias son aquel conjunto de conocimientos habilidades aptitudes y valores que son apreciados para el desempeño que una profesión u oficio.

Observemos que esta definición nos plantea un objetivo muy claro: si estamos hablando de alumnos que están en la universidad o en escuelas vocacionales es evidente que tenga sentido que la educación futura deba cumplir con un perfil de egreso que además es apreciado por los futuros empleadores.

Sin embargo, el afirmar que nuestros niños deben prepararse para el trabajo desde que están en la primaria no solamente es un atentado contra del correcto desarrollo cognitivo del niño, ya que en esa temprana edad, el sentido del conocimiento es asumido por el niño como un fenómeno de comprensión de su entorno, donde encuentra a través del descubrimiento de nuevos saberes, razones para identificar a aquellos temas donde se sentirá más afín y que además serán socializados en conjunto con compañeros de su misma edad. Resulta evidente que el conocimiento en el niño es un fenómeno que se asocia fuertemente a los datos (educación formal), a quien los provee (la maestra) y al conjunto social con quien los comparte (compañeros y familia).

Se puede apreciar la razón principal del porqué un modelo competencial en la primaria y en la secundaria constituye un absurdo monumental, ya que el sentido del conocimiento está asociado fuertemente al desarrollo cognitivo de quien lo recibe. Para demostrarlo basta pensar que difícilmente un niño de segundo de primaria podría entender por qué es importante que sepa realizar operaciones matemáticas si nuestro argumento es: " debes saberlo porque de lo contrario nadie te va a querer contratar".

Y es que este es el punto medular del porque comparto la opinión que en su momento esgrimió López Obrador, cuando argumentó el por qué es importante modificar el actual modelo educativo. Recuerdo que mencionó que la reforma educativa respondía a intereses internacionales y no a las necesidades nacionales, y aunque los entrevistadores se han enfocado especialmente en el aspecto contractual de los maestros, el sindicato y sus respectivos desmanes, la verdad es que el actual modelo educativo está concebido para generar trabajadores y no seres humanos críticos, consientes y comprometidos.

Quienes nos dedicamos a la investigación educativa frecuentemente nos hacemos la pregunta ¿por qué estudiar?, y podríamos abundar en una gran cantidad de respuestas, sin embargo puedo asegurarles que ninguna de ellas incluye el desarrollo de competencias en niños de primaria y secundaria.

La labor educativa es estratégica y determinante para el futuro de una nación, difícilmente es un tema que debe tomarse a la ligera; por lo tanto, se debe tener presente no solamente el objetivo fundamental que tiene la educación para el individuo, ni tampoco su impacto social, sino que además debe incluirse que el proceso educativo -especialmente en los niños-, debe tener un objetivo social, de comprensión del entorno, de desarrollo de carácter, del incremento en una dinámica de valores morales y éticos, de una constante perfección del pensamiento crítico y como un fundamento para el bien ser, bien hacer y el bien vivir.

Espero que nuestro futuro secretario de educación pública tenga esta idea presente cuando haga la propuesta de la nueva reforma educativa y su consecuente modelo educativo, nuestro país ya se lo merece.

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