Es fácil sentirse un rebelde cuando los que se supone traían la salvación, se convierten en otros opresores igual que los malos de la película, eso pasó con los partidos del pri y del pan en los diferentes estados mexicanos, aunque hubo muchas buenas intenciones. Por sus obras se les conoció y, ahora, lo que ha permitido con abundante participación ciudadana, la voz del pueblo ―que dice la historia que “es la voz de Dios”― ha sido simplemente un voto castigo a través de la posibilidad de una tercera vía.
Es de común conocimiento, en especial, con el reciente saludo que acaba de enviar el Presidente venezolano Maduro al futuro y nuevo presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, la constante comparación entre lo que actualmente es el holocausto venezolano y lo que se espera que podría ser en pocos años el estado mexicano. La razón es una sola, o quizás entre otras más, la principal, el extremo parecido entre el discurso izquierdista de Obrador y lo que fue el discurso de Chávez en las primeras campañas en su “buena época”. ¿Alguien se fijó en el extremo parecido? Ya algunos lo hicimos.
Pero qué difícil es juzgar en estos momentos la decisión que ha tomado el pueblo mexicano, cuando la inseguridad social y económica en que ha sumido la corrupción y el crimen organizado a México más de lo que estaba hundida la misma Venezuela cuando llegó Chávez al poder.
La esperanza en la tercera vía, tal cual aquellos tiempos en los que los venezolanos perdieron la fe en AD y COPEI y no es más que un voto “castigo” a la ineficiencia de aquellos que, prometiendo salvación, se convirtieron en villanos de la historia. Pero, ¿quién asegura ahora que en unos años este nuevo héroe mexicano no hará de las suyas de la misma forma y con la misma receta metodológica populista?
Aquí sólo queda esperar.
México quería un cambio, y lo va a tener…
Esperemos en esa voz del pueblo y por amor a la maravillosa y sufrida sociedad mexicana, que no se cristalice con el pasar del tiempo, en el actual holocausto que está viviendo el pueblo venezolano… Éste es el grito de esperanza.
Gracias por leerme.
El Hada de Guerra.
