Los taxistas estaban muy emocionados de poder por fin tener una aplicación de altura que les ayudara a hacer frente al monstro comercial de Uber.
Protaxi promete un servicio similar y hasta con mejores y más medidas de seguridad para los usuarios.
Es mucho más económico y, con todos los taxis amarillos que circulan en la ciudad, seguramente darían un mejor servicio.
Al principio, como era de esperarse, contaban con el apoyo del Consejo Taxista, cuya lidereza, Erika Díaz, quien colaboró en la campaña de Martha Erika Alonso.
Sin embargo, conforme han pasado las semanas el Consejo y sus taxistas agremiados han comenzado una campaña de desacreditación contra la aplicación.
El motivo: a la hora de inscribirse el gobierno se ha dado cuenta de que muchos de ellos operan en la ilegalidad.
Los operativos que lleva a cabo la Secretaría Infraestructura, Movilidad y Transporte, también ha infraccionado a varias unidades por no tener sus documentos al día.
La campaña de Erika Díaz es un medio de presión para “negociar” que dejen en paz a sus taxistas.
Así, los choferes han denunciado a algunos medios que la aplicación Protaxi es inviable y hasta que supuestamente han sido acosados para afiliarse a la plataforma gubernamental.
Mientras ellos pelean para “trabajar en la ilegalidad”, Uber sigue ganando terreno y es la aplicación más usada de servicio de transporte privado, esto pese a que notablemente han subido sus tarifas en Puebla.
Ya existen varios usuarios que han denunciado en sus redes sociales un incremento de entre el 20 y 30%, comparan lo que les costaba hace unos meses un viaje y lo que cuesta ahora.
Además, Uber también ha sido acusada de bajar la calidad de sus unidades y aplicar la tarifa dinámica por el simple hecho de que esté lloviendo, aunque la demanda no crezca.
Son esas las áreas de oportunidad que podrían aprovechar los taxistas tradicionales —esos que tanto se quejaron de la competencia desleal con Uber— para ganar mercado.
