Apenas y se acomodó en el escritorio de la Secretaría de Seguridad Pública y ya comenzó con presiones a sus empleados, y con el terrorismo laboral.
Fernando Rosales Solís, el nuevo titular de la SSP, se estrenó en el puesto con indicaciones precisas a sus subordinados.
Obviamente, quiere reventar a los empleados que actualmente se encuentran como administrativos de la SSP.
Y les aplica la Ley de Herodes: “O te chingas, o te jodes”.
Para empezar, la semana laboral que antes se componía de lunes a viernes para los administrativos de la dependencia estatal, ahora se extenderá a sábado.
Obviamente sin salario ni horas extra. ¡Faltaba más!
El segundo paso fue aplicarles un poquito de disciplina sádica para la hora de la comida, pues los funcionarios que se encuentren compartiendo con él los espacios del Centro de Control, Cómputo, Comando y Coordinación (C5), en Cuautlancingo, no podrán comer en las oficinas.
Así que a ver cómo le hacen todos sus subordinados de Rosales en el C5, porque tienen que ver cómo se las ingenian en una zona desierta, donde da vuelta el aire y no existe un solo espacio, plaza, restaurante o algo parecido donde puedan realizar esa función básica del ser humano: comer.
Ah, y pues ya avisó a todos los hombres que deben llevar utilizar forzoso traje y corbata.
Porque a él le gusta que si son funcionarios, parezcan funcionarios. Es más, ya dijo que no le importa si solo tienen un único traje y lo repiten toda la semana, pero que deben ir diario vestidos perfectamente, el traje a la medida y ajustado.
Slim fit de preferencia, como maniquíes. Así, a su estilacho.
De hecho, la impecable y metrosexual forma de vestir de Rosales ya provocó que se ganara su nuevo mote en el C5.
En todos los pisos de ese edificio ya se le conoce como “El Secretario Apretadito”.
Apretadito por su especial forma de ser y apretadito porque es fan del slim fit.
En fin. El secretario Rosales anda muy fijado en cómo visten sus administrativos, pero parece que aún no ha hecho nada por revisar las alcantarillas de la dependencia.
Porque seguramente a su escritorio llegarán las quejas contra el director de Vialidad, Alejandro Ramírez Ulloa.
El director de Vialidad anda muy distraído desde la administración pasada entre sus empleadas de administración.
Ramírez Ulloa anda muy inquieto y sus subordinados no están nada contentos desde que les cobró por un pachangón navideño.
En la Dirección de Vialidad se preguntan cómo le hace para estar al tiro en tantos frentes de batalla.
En la imagen que compartieron a este reportero, el director de Vialidad aparece con una de las chicas que roba su atención.
Ella también funcionaria de Vialidad del Estado y le ha patrocinado un par de caprichos.
Pero los agentes de Vialidad saben bien que, además, hay otros muchos incentivos para esta empleada administrativa.
(Y para otras más...)
¿No sería mejor poner orden en este tipo de temas que causan mucho ruido dentro de la dependencia?
¿Por qué el secretario Rosales no va directo e investiga sobre los temas en los que sí provocan ruido en su dependencia y deja de hacerle la guerra a sus administrativos?
¿Por qué no empieza a checar a los operativos? ¿O qué? ¿Ramírez Ulloa ya se puso de acuerdo tan rápido?
¿Seguirá el terrorismo laboral de Rosales?
¿O pondrá orden donde sí se debe hacer algo?
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