28 de Marzo del 2024

Acatlán de Osorio: coctel del desastre

Por Edmundo Velázquez / /

CUENTA HASTA DIEZ

Charo Rodríguez, la madre de Ricardo Flores, el joven de 22 años de edad que fue masacrado junto con su tío Alberto en Acatlán de Osorio, lo dijo de manera muy clara.

La sangre vertida en Acatlán de Osorio no tiene que ser derramada en vano.

Charo presenció a través de una transmisión en vivo de Facebook la masacre de su hijo y su cuñado.

Más de 300 personas vieron un espectáculo digno del circo romano. Una barbarie, la celebraron, la compartieron y la reprodujeron hasta el hartazgo.

En el funeral de los dos hombres asesinados por la turba que los acusó de ser secuestradores de niños, se respiró dolor e impotencia.

La familia que ya fue víctima de la muerte de dos de sus seres queridos queda desprotegida ante un panorama que en México resulta ya cotidiano.

Un coctel para el desastre que tuvo muchos elementos.

La desinformación que se vierte en redes sociales que no es corroborada y que es compartida en tiempo real se vuelve la chispa detonante de catástrofes.

La situación de inseguridad que se vive en el país no ayuda.

La impunidad que prospera desde hace años ahora es más evidente con un Sistema Penal de Justicia incomprendido por unos y estigmatizado por otros.

Y la carencia de coordinación e interés de las autoridades municipales por cuidar de sus ciudadanos provoca que solamente hubiera cinco policías para controlar una turba de más de 300 personas.

Más allá de videos escalofriantes y juicios vagos, una tragedia tan grande no puede dejarnos indolentes.

Alguna reflexión debe surgir. Alguna solución.

En el funeral de Ricardo y Alberto también podía sentirse el desamparo, la desesperanza. La urgencia por justicia.

¿Las autoridades estatales se quedarán con una sola persona detrás de las rejas?

En el caso es tan similar al ocurrido en Ajalpan, el 19 de octubre de 2015, cuando fueron masacrados los hermanos Rey David y José Abraham Copado Molina al ser confundidos con secuestradores.

Ninguna persona está en prisión actualmente.

Solo en el 2018 van 15 personas que han sido asesinadas mediante linchamientos en Puebla, la mayoría quemadas vivas. Como si volviéramos a la época de la quema de brujas y la inquisición.

Los intentos de linchamiento sobrepasan los 200 casos en todo el estado, solamente en 2018.

¿Qué lección nos dejará un hecho así con un costo tan alto como son dos vidas?

Parece que nada aprendemos.

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