29 de Marzo del 2024

Manzanilla, ¿el arquitecto del autoritarismo poblano?

Por Edmundo Velázquez / /
Manzanilla, ¿el arquitecto del autoritarismo poblano?
Foto: Central

CUENTA HASTA DIEZ

Ya viene el cierre de campañas y hay cosas y casos que se han tomado en cuenta muy a la ligera.

Quizá las formas se perdieron o, de plano, la amnesia selectiva y la calentura del proceso han provocado comentarios como el que en día días pasados se difundió en el portal Quorum Informativo.

Se trata de un video en el que Fernando Manzanilla se deslinda de todo el morenovallismo. De todo. Y lo ha dicho por todos lados.

A pesar de que muchas de las iniciativas que más complicaron la existencia de los poblanos (más de 30) provinieron de Manzanilla, quien fue el principal cerebro en el arranque de la transición y que ahora es candidato del Partido Encuentro Social y de Morena por el Distrito 12.

Manzanilla fue, hasta el pleito con Rafael Moreno Valle, el estratega que diseñó o al menos revisó y palomeó, siendo Secretario General de Gobierno, las iniciativas más dolorosas.

(Aquí el video, que por cierto tiene otros muchos datos sin desperdicio para el lector atento y conocedor de la política poblana)

Porque es imposible que el encargado de la transición y después súper secretario, no estuviera dentro de la planificación.

Desde la Secretaría General de Gobierno de Fernando Manzanilla, se diseñó la famosa Ley Mordaza para apaciguar a los medios de comunicación ante una política gubernamental que fue dolor de cabeza en el arranque de la administración.

La iniciativa de la ley mordaza iniciativa del gobierno estatal y fue aprobada por el congreso el 23 de febrero de 2011, después que desde la Secretaría General de Gobierno se operó para que todos los partidos la aprobaran.

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Incluso, el entonces Secretario General de Gobierno, salió a defender y justificar la medida al asegurar que no se trataba de una ley para controlar a los periodistas aunque incluso circuló una lista de 19 de ellos que estaban bajo amenaza de ser los primeros a los que se les aplicaría.

También, Fernando Manzanilla propuso, vía PAN, la fórmula para que el tuviera el control político de los convenios del gobierno con la prensa y, con esto, asfixiar a medios críticos y aumentar el control.

Toda una estrategia maquiavélica para acallar las voces críticas.

La conversión a la coalición Juntos Haremos Historia pasó a Manzanilla por un baño de pureza. Como de arrepentimiento. A pesar de que es apoyado por el ultraconservador Partido Encuentro Social (PES), que presume una agenda antiminorías e incluso en contra de los derechos de la mujer.

Manzanilla salió en toda esta campaña a decir que no hizo nada durante el rudo arranque del sexenio de Moreno Valle.

Quizá solamente busca que algún par de izquierdistas no documentados o fans de López Obrador, despistados porque desconocen qué clase de partido es el PES, voten por él como propuesta de Encuentro Social.

La pregunta será entonces si Manzanilla, de llegar a la Cámara, apoyará la agenda social retrógrada que el PES va a enarbolar.

Porque, de lo que estoy seguro es que el partido ultraconservador soltará las riendas del proyecto de López Obrador una vez ocupados sus espacios de una bancada incipiente, obtenida por la ola de Morena.

Y en algunos momentos ocurre, los aliados de hoy terminan siendo, sobre todo en política, los enemigos de mañana.

Como pasó con Manzanilla y Moreno Valle.

Ya veremos en próximas historias que tienen que ser contadas, cómo que el propio Manzanilla ya bloquea incluso dentro de Morena y la alianza Juntos Haremos Historia.

Así que esperen episodios más oscuros.

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