No hay mayor sueño para los mortales que saludar, abrazar, agarrarse a besos o meterse a la cama con sus ídolos, con aquellas personas que son tan inalcanzables como las estrellas. Si por nosotros fuera, hasta una nalga les arrancamos.
Cuántas y cuántos no murieron de la envidia el miércoles que entrevisté a Ari Borovoy y si no sabían ya se enteraron. Sí, ya saben, su voz, sus brazos, sus ojos, sus y sus... tan guapo, tan talentoso y tan heterosexual que ni me peló.
Sí, bailé María Mercedes, me paré de manos, conté chistes y canté para que descubriera mi talento y me incorporara a los 90's Pop Tour como la gran estrella que soy, pero tampoco pasó.
Lo cierto es que Ari Borovoy nunca me peló, ni siquiera me volteó a ver, para él en su talentosa y cachonda mente solo existía Viri, estaba tan embelesado con ella que no dejaba de ver su blusa del 90's Pop Tour, sus leggins negros y sus tenis limpios de color verde.
"Ari qué brazotes tienes", le expresé lleno de emoción y excitado.
"Pero qué barba tan sexy tienes, que raspa como lija", dije completamente enamorado.
"Tus caderas afiladas y escurridas", grité.
"Tu sonrisa retorcida", son lo mejor que hay en mi vida", terminé casi desmayado.
Pero él ni volteó, seguía hipnotizado por la belleza de Viri. Yo temblaba, sudaba frío, no podía creer que estuviera a lado de uno de los artistas más asediados y yo no notaba su indiferencia.
En mi mente corríamos tomados de la mano, juntábamos flores silvestres y girábamos al ritmo del viento. En la vida real, ni notó como iba vestido, cuando le hacía alguna pregunta respondía viendo a Viri.
Hablaba viendo a Viri, respiraba viendo a Viri, vivía viendo a Viri y yo seguía siendo ignorado hasta que le dije: "Preséntame a Erika Zaba, estoy enamorado de ella, soy su fans", grité.
Y ahí fue la única oportunidad que tuve de interactuar con él: "Claro ve a la rueda de prensa, ahí estará", fin del comunicado.
Moraleja: nunca hagan entrevistas con guapos cerca de Viridiana Lozano.
¡Claro! Chinguen al guapo.
