Luego de dos días del derrame del biodigestor del Rastro de Aves de la empresa Patsa, Jorge García de la Cadena, representante legal, se responsabilizó de todos los daños causados por el desborde de este biodigestor.
Señaló que la empresa ha realizado varias visitas a los habitantes cuyos inmuebles resultaron afectados, esto con la finalidad de repararlos en su totalidad. En el caso de bienes materiales como camas, cocinas, refrigeradores, dijo que se pagaron todos, además de que si alguna persona presenta alguna enfermedad, están listos para atenderlos a través de médicos particulares.
Señaló que actualmente se tiene registradas 20 casas con pérdidas materiales, de éstas sólo dos las que se considera en un cien por ciento; las demás en su tercera parte, sumando con esto 200 damnificados.
Mencionó que la caldera de residuos quedo clausurada, por lo que buscarán reubicarla. Aseguró también que las aguas que albergaba eran residuales y no contaminadas.
Por otro lado, Rosa López Hernández, inspectora de San Vicente Ferrer, dijo que ella siempre estuvo en desacuerdo con la construcción, además de pedir a la brevedad un espacio para los damnificados y la pronta intervención en el sector salud pues los habitantes podrían enfermar. López Hernández se deslindó de problemas futuros que puedan existir después de este problema.