La insuficiencia económica y la falta de medidas sanitarias provocaron la muerte de ocho recién nacidos en el Hospital de la Madre y el Niño Indígena Guerrerense de Tlapa, de acuerdo con una investigación realizada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
En su recomendación 71/2017, la Comisión aseguró que en las ocho muertes “existían coincidencias en los padecimientos y complicaciones asociadas a la prematurez de bebés, lo que ameritaba atención especializada en la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales”, sin embargo esta unidad estaba inhabilitada por trabajos de ampliación, los cuales no fueron terminados por falta de presupuesto.
La CNDH responsabilizó al hospital de improvisar en 2015 áreas de vigilancia en las Unidades de Cuidados Obstétricos, Emergencias Pediátricas, Emergencias para Adultos, que no tenían los cuidados de higiene, infraestructura, equipamiento e insumos necesarios para la atención de los recién nacidos, lo que ocasionó el contagio de las bacterias.
Esta recomendación sale dos años después de que la propia Secretaría de Salud de Guerrero descartara fallecimientos por bacterias, luego de que madres denunciaron la muerte de sus hijos.
También acusa que las madres de las víctimas no fueron informadas del estado de salud de los recién nacidos, ni del motivo del fallecimiento, y que incluso, la Fiscalía General y el Gobierno estatal mantuvieron 18 meses inactiva la investigación del caso.
Por estos señalamientos, el organismo solicitó al gobernador Héctor Astudillo Flores reparar el daño a madres y padres de los menores de edad fallecidos, de acuerdo con la Ley de Víctimas del Estado de Guerrero, e inscribirlos en el Registro Estatal de Víctimas, así como terminar las obras de ampliación y dotar recursos, equipo y medicamentos necesarios al hospital, para garantizar estándares de calidad en el servicio de salud.