El gobierno del estado se vio rebasado por el terremoto que sacudió a la entidad poblana el pasado 19 de septiembre, pues no cuenta con el personal suficiente para atender los municipios afectados y sus comunidades, reconoció Ángeles Mendoza Escalante, subsecretaria de Desarrollo Político y Participación Ciudadana, de la Secretaría General de Gobierno (SGG).
Les pedimos su comprensión, el personal de Protección Civil está trabajando en todo el estado, lamentablemente son más de 120 municipios que están en estas condiciones y no nos damos abasto”, dijo.
La subsecretaria de la SGG en compañía del subsecretario de Turismo, Irving Mayel, encabezaron este domingo una reunión con los pobladores de San Antonio Alpanocan, junta auxiliar del municipio de Tochimilco. En la junta, la funcionaria estatal pidió paciencia a los habitantes de esa comunidad, pues insistió en que el personal de Protección Civil es insuficiente para atender todos los lugares que se vieron afectados.
Sin embargo, les dijo que tanto ella como Irving Mayel llegaron desde el miércoles a Tochimilco y son los encargados de dirigir los trabajos y los apoyos tanto en la cabecera municipal y sus nueve juntas auxiliares, e indicó que no se irán hasta que todo vuelva a la normalidad y la ayuda llegue a todas estas comunidades.
Además, Ángeles Mendoza informó a los pobladores de San Antonio Alpanocan que a partir de este día llegará personal de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) para complementar el censo de las casas dañadas que inició la Secretaría General de Gobierno, el cual asciende a más de 500 viviendas.
Tenemos un censo con fotografías en el que registramos más de 500 casas dañadas, lo hicimos para que posteriormente las personas que fueron afectadas sean sujetos a recursos del Fonden, estamos apoyando a la Sedatu a levantar este censo georregional”.
Finalmente, señaló que la maquinaria para levantar los escombros de las viviendas no ha podido llegar a San Antonio Alpanocan porque la carretera que llega a esa comunidad está saturada por los vehículos de la gente que ha llegado a repartir víveres.