Saturday, 20 de April de 2024

“Si no te reinventas, estás condenado al patetismo”, Felipe Ríos

Por Rolando Ochoa Cáceres / /

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Hace un año en la presentación de la novela “Clowns” de Felipe Ríos Baeza hubo un lleno total. Parecía una especie de firma de autógrafos de una reconocida banda. Muchas personas nos colocamos apenas afuera para escuchar las palabras del autor de la obra, del músico de la obra, del rockero que se instalaba en la escritura. También un gato avanzaba entre la gente y se acomodaba entre los libros en venta. Sucedía la aparición de “Clowns”, aquella novela rock que está contextualizada en el Chile de principios del siglo XXI y que muestra lo estridente, lo eléctrico y ecléctico del rock: las convulsiones de adolescentes llamados Jano, Mona y Blas, personajes desenfocados y significados en su banda rock “Artaud” y también, significados en sus psicopatías.

No me pareció sorprendente que la escritura de Felipe Ríos se instalara en esos ambientes. Tomé clases de Crítica Literaria con él como profesor. Hablaba de los caminos de Lacan, también de Hélène Cixous y de repente comentaba algo con una cita de Roger Waters o del heavy metal. A un año de “Clowns” celebramos con una entrevista con harto “Artaud” y, como dijera Resorte, con mucho “rock rock rock puro rock puro”.

escritor

Rolando Ochoa (RO): Estimado Felipe, ¿siempre has querido tener una banda de rock? Cuéntame tu trayectoria por esos campos.

Felipe Ríos (FR): Sí, sinceramente. Pues la de Chile fue complicada continuarla porque me fui a estudiar afuera y con la de ahora… Fue complicado congeniar gustos, estilos. Te das cuenta que necesitas otras circunstancias para tocar. Yo me sentía muy contento teniendo una banda  como la de Querétaro, pero no me sentía tan a gusto con las canciones. La que tuve en Chile eran canciones nuestras, estaba bien y probablemente pudo llegar a más después del demo que grabamos. Se llamaba “Invasores” y era un punk tipo “Ataque 77”. Nuestra inspiración fueron “Los Prisioneros”. Antes me visualizaba en la banda, ahora son más modestos los sueños. La banda ésta, Flashback, que tenia en Querétaro, se disolvió hace unos meses pero siempre está el asunto de tocar. Hace poco presentamos en Querétaro una obra llamada “6623 Kilómetros” que es la distancia entre Chile y México. Es poesía y música chilena. Mi idea, mi sueño es no dejar de tocar pero eso de tener la gira, de ir por todo el mundo, de grabar videoclips …si llegara estaría bien pero mis sueños son más modestos.

R.O: ¿Qué te ha sucedido con este primer año de Clowns? ¿cómo se ha recibido tu novela?

F.R: El 2016 fue un año curioso porque todavía me sentía desajustado por la decisión radical de cambiarme de ciudad y de trabajo. Y arrastrar en esta decisión conmigo a toda una familia… Las locuras uno normalmente las hace solo pero aquí había unos hijos de por medio. Este tránsito entre Puebla y Querétaro fue importante porque estaba el libro también de por medio. Era como una especie de recordatorio positivo de que “Clowns” era una novela con editorial poblana y fue ahí, en Puebla, donde la novela tuvo su primera atención. Luego fue la feria del libro de Guadalajara y fíjate que siempre soñé en llegar a ese foro que llama la atención de toda América Latina. La distribuidora se portó muy bien conmigo, nos invitó, nos consiguió entrevistas, nos movimos todo el año promocionando “Clowns”, ganando lectores. He tenido gente extremadamente generosa que se ha encargado de leer “Clowns” y de impulsarla en un asunto que va más allá de su trabajo. El 2016 y el 2017 son los primeros años en los que he estado en ese circuito de la literatura.

Resumiendo: a un año ha sido fenomenal no en términos de ganancia, no tengo copyright, espero que la segunda edición sí tenga copyright pero en términos de lo que piensas cuando ya tienes claro qué tienes que hacer toda tu vida, como escribir literatura, entonces sabes que lo puedes hacer con lo poco que tienes y eso puede ser fabuloso.

R.O: ¿Por que publicar una obra así cuando el país está en violencia? ¿qué le dice “Clowns” a los lectores en este contexto?

F.R: ¿Cómo escribir en un país en guerra? Por un lado estoy de acuerdo en el sentido en que es innegable el contexto. En lo que no estoy de acuerdo es que tenga que ser tema obligado, porque caemos en algo que es peor, caer en un país unilateral en sus ideas. Me ha pasado en entrevistas, además de leer y comentar las afinidades estéticas surge la última pregunta ¿qué piensas del tema? Me parece que entre más heterogéneo sea el campo cultural, me parece que más problemas se tenderían a resolver porque además no les corresponde a los escritores resolver ese tema. Hablando específicamente de los escritores. A ti lo que te corresponde es escribir y hacerlo bien, te corresponde, por ejemplo, quemar toda tu honestidad como escritor para sacar una buena historia y si esa historia no va a ser como Elmer Mendoza, como la de Fernanda Melchor… o sea ésta, “Clowns”, no toca eso y ¿por qué no puede estar también dialogando con las demás?. El contexto que me preocupaba mostrar era el contexto de engaño en términos políticos. Esta ambientada en Chile en principios del siglo XXI y eso fue un momento muy idealista para los que teníamos 17, 18 años y estábamos entrando a la universidad, terminando la prepa y después de haber tenido dos gobiernos regulares ¿no? Después de 10 años de estar en democracia venia una propuesta que era la de un candidato llamado Ricardo Lagos que terminó siendo presidente y que había puesto el acento en que era el momento de Chile para mostrarse, además de en términos económicos como el gran milagro sudamericano, también en términos culturales. Toda la gente alrededor mío que hacia teatro, lecturas de poesía, que tenia su banda, nos entusiasmamos con eso y al final cuando ya Lagos llega al poder tiene un ministerio de cultura y su idea de cultura o de sus asesores fue sacar clowns a la calle, monos en zancos. Eso era su fomento a la cultura. En el parque Balmaceda yo estaba leyendo y de repente aparece este circo ambulante que era lo que el gobierno entendía por fomento a la cultura, a las artes. Ese es el contexto que yo quise poner. El asunto de la narconovela me pareció un mote oportunista. No quisiera vivir en un país mas unilateral en términos de ideas del que ya vivo.  ¿Cómo se escribe en un país en guerra? Creo que es una pregunta inagotable pero la respuesta no tendría que ser únicamente el hecho de escribir para que la gente tome consciencia, salga a la calle.  Tu compromiso es con tu escritura y con tus temas, si no, no eres autor, eres un escribano.

R.O: Veo en tu obra que a tu personaje, “Mona” la pones a escribir estos diarios llamados los vertederos. Me da la impresión de que estoy leyendo la historia de Mona desde los diarios y también es a veces como un behind the music tipo MTV. ¿Por qué es tan importante en “Clowns” que Mona haga este registro?

FR.: La respuesta tiene dos partes. Una es pensar el diario en el momento en el que estaba escribiendo la novela. En un principio lo que noté , lo que se fue develando fue que obviamente el alma de la novela es ella, el centro nostálgico es ella. Por un lado iba a saber el lector que iba a estar este novio (Jano) exhibiéndola. Eso lo has visto las 1500 veces en novelas pero ¿cómo nos acercábamos más a esta mujer? Me interesaba que profundizara ella en la manera en la que veía a los otros dos personajes. También la trayectoria del grupo de rock que ellos conformaban. El lector puede espejear a la Mona en el escenario y a la que estaba afuera del mismo. Lo otro que me interesaba era que funcionara en términos de contrastar una de las ideas centrales que es “el lector sabe, se le va informando que es una banda que al momento de que va a despegar, de que va a grabar un disco, un videoclip, sabe que va a tener una fecha de caducidad, se le van a disparar a los personajes sus psicopatías”. Por lo tanto, el diario tenia esta intención de que muchas veces el lector supiera mas que los propios personajes, que los compañeros de la banda. Lo otro que me interesó era explorar toda esa belleza poética de la depresión. Basta ver, siendo uno muy básico. Métete a spotify y verás que hay hasta playlist de la depresión y son las canciones mas bellas del mundo. No me importa hacer arte terapéutico pero sí eso de que quien lea tu libro se reconforte… aunque el libro no tenga esa intención. Por último, he escrito diarios toda mi vida, entonces me ha funcionado para hundirme más y para poner orden. Estoy seguro que quienes hacemos esto es porque estamos desajustados de la vida. ¿Por dónde sublimas si no es a través de tus diarios?

R.O: Vi en tu personaje, Jano, algunas cosillas que me recordaron a Belano. Veo en tu obra mucho robo y hay momentos en los que la obra te prende, hay seducción, hay momentos sexuales, veo la violencia, obsesiones, filias,  pero veo a Jano en esta onda decadente. Mi pregunta es, ¿era tu intención mostrar en Jano una sociedad decadente, un arte decadente y que tiene la oportunidad de salir de la ruina?

F.R.: Está buena la pregunta. En un primer momento me interesaba crear una novela de personajes definidos por ciertas inclinaciones. Partiendo por el asunto de la música. El sueño de que tu banda de rock despegue a los 17 años es un sueño que te ocupa las 24 horas. Es muy pueril, inocente, genuino y probablemente no vuelvas a tener un sueño así porque sientes con el tiempo que vas cumpliendo los sueños de las demás personas como casarte, tener hijos. Esta cuestión de la decadencia yo no la veo como un callejón sin salida… lo que hacen los personajes tiene más una atmosfera que para ellos los vigoriza, no los hunde, lo que los hunde son sus padecimientos. Si hubiera sido una novela tipo Hermann Hesse tal vez hubiera sido decadente pero en este caso los personajes se tienen entre ellos y hay consciencia de que se están usando y se toleran. Hay una escena que reescribí mucho, cuando están ellos dentro de la Van yendo al concierto y de repente se matan de risa. ¡Estos góticos que leen poesía se matan de risa! No es una risa catártica. Es una risa que los hermana. Uno en la adolescencia juega a ser desdichado. Los personajes tienen eso y se acompañan en sus caídas, en sus decadencias. Sabes que la cleptomanía que tiene el tipo va a terminar mal. Sabes que la adicción que tiene el otro al porno va a terminar mal y ella va a terminarse hundiendo. La idea es cómo se acompañan en esa caída. La idea era que no terminara como un libro de autoayuda. No, que se hundan, que terminen así. Nada de edificación moral.

R.O: Te lanzo unas preguntas sobre algunas frases de “Clowns”. La primera, “todos los sueños que se ligan con el rock son increíbles pero a la larga se vuelven patéticos”, ¿a qué te refieres?

F.R.: Esta es mi impresión, en el rock hay dos caminos. Una es ser un incendio. Que cuando escuches a ese músico que incendia digas: vivir es más que ir a trabajar. Lo escuchas y te lleva a esa experiencia mística. El otro camino es reinventarse. Lo patético es seguir igual, vistiendo los mismos atuendos a los 60 años que cuando tenias 20. O eres un Jim Morrison que se quema, como Rimbaud, o eres una Janis Joplin o por otro lado eres un Bob Dylan, un Leonard Cohen, por hablar de los longevos, los que brincaron en los excesos… Cohen se reinventó, es más, le dolía ser Leonard Cohen. Hablando del mundo del rock, o ardes o te reinventas. Yo creo que es mejor el camino de la reinvención. Marcaste un modo y luego evolucionas. Vivir de los éxitos del pasado es patético. Hacer revival es patético.

Ver a Camilo Sesto, Rafael, Emmanuel, dices: ¡esto es patético! O los reencuentros…bueno sin meternos en estos terrenos. El revival de Kabah, Magneto, los tipos están conscientes de que no van a entregar nada más… lo que digo es de aquellos que marcaron una diferencia en el rock. Me parece que si no te reinventas, estás condenado al patetismo.

R.O: El autor pregunta ¿por qué alguien lee?

F.R.: Hay un escritor chileno que se llama Alejandro Zambra, ya ahorita vive de sus viejos éxitos. Cuando era bueno tenia una frase que me parecía sumamente genial, si nosotros tuviéramos un mundo dividido entre escritores y lectores tendrías a los exhibicionistas que son los escritores y a los voyeuristas que son los lectores. Un lector es alguien que es profundamente tímido, se tapa la cara con el libro, y por otro lado es una persona que como te decía, está buscando interlocutores válidos. No pasa siempre pero de repente cuando convives con gente que tiene 14, 15, 18 años y de repente está en conflicto con el mundo de la autoridad de sus padres, del colegio y sus compañeros no son interlocutores válidos, entras como en una soledad muy hermosa. Cuando la vives es terrible pero cuando la ves en retrospectiva es hermosa.  Cuando piensas que nadie siente como tú, que nadie piensa como tú y lees y te das cuenta de lo contrario, eso es hermoso. Para mí, leer implicaba que te pusieran por escrito las cosas y mejor a como podías tu verbalizarlas. Se lee para encontrar estos hombros en qué apoyarte y tratar de seguir adelante de alguna forma. Aunque no siempre cuando lees encuentras respuestas pero te permite formular las preguntas de otra manera. Apaciguar lo que estás sintiendo. Se lee para hacer comunidad, eso me pasó con “Clowns. No sirve una obra si no te reconforta, no sirve un libro si no funciona como una botella de vino, es decir, diálogo porque hay un libro en medio… eso es hacer comunidad.

R.O.: Ya para terminar, la pregunta que yo le haría a la banda “Artaud” sería ¿cuándo sale su próximo disco? la pregunta que te hago a ti, ¿cuándo sale  tu próxima novela?

F.R.: Va la primicia para Central, de hecho, hablé esta semana con una editorial de Querétaro y me permitieron contar esto. Va a salir un libro probablemente en diciembre que es de cuentos. El libro se llama “Satori” como la iluminación en el budismo. Ese libro al que tiene como hilo conductor es al periodista que aparece en “Clowns”. La  editorial se llama Rialta, que tiene sede en Querétaro y  son unos amigos cubanos que se juntaron. Y probablemente el siguiente año salga otra novela. En 2018 saldrá “Infectados” por la Secretaria de Turismo y Cultura de Puebla. En esa obra aparece el personaje Blas, esta aparición sucederá en el parque Balmaceda.  Así que tenemos dos obras próximas, “Satori” e “Infectados”.

Al final, antes de despedirnos, pensamos en musicalizar “Clowns”. Reunirnos, juntar algunos instrumentos y producir aquellas canciones que se suceden en la novela. No estaría en nada mal. Nos despedimos con un fuerte abrazo y encima, unos cuantos cafés. Si usted se encuentra a Felipe Ríos en la calle pídale su autógrafo y tómese en una selfie, es probable que en un día de estos lo veamos de gira con sus obras literarias y en una de esas, con el rock chileno post punk en un disco.

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