Thursday, 25 de April de 2024

El gigante voluntario

Por Rolando Ochoa Cáceres / /

panza identifi

Te vi ahí enunciando todos los tiempos. Te vi ahí, también inmortal, también gigante, con los pasos amorosos, con los brazos estremecidos por el polvo.

Entonces estabas ahí, agitando el espasmo. Estabas ahí respirando por cientos, por miles, por millones que te observaban, que te acompañaban, que te sabían también inmortal, también gigante, con los pasos amorosos, con los brazos estremecidos por el polvo.

Y corriste, debiste verte correr en ese instante o en esos todos los instantes mientras enunciabas todos los tiempos. Debiste verte correr tan deprisa sabiéndote capaz de levantar todo aquello que se había caído, todo aquello que se había entregado a la tierra, a la memoria. Y debiste verte, te paraste por encima de todo, pidiendo silencio, también gritando, aplaudiendo con tus manos gigantes, pidiendo silencio otra vez y abrazando lo que nadie te ha arrebatado. Debiste verte, de verdad debiste verte, sacando piedras y dolores, metiendo tus brazos en lugares inconcebibles, oliendo vida, enunciando la vida, enunciando todos los instantes.

Y mira, ¿no te diste cuenta que todos los otros gigantes voltearon a verte? Y vinieron a ayudarte, vinieron, también inmortales, con los pasos amorosos, con los brazos estremecidos por el polvo… vinieron de otros lugares, de otras regiones, de otras distancias a abrazarte, a levantar piedras y reconocer los dolores, también ellos metieron sus brazos en lugares inconcebibles… también huelen la vida, también la enuncian, también enuncian en su grandeza todos los instantes.

¿Supiste de los cantos? ¿supiste de aquellos cantos en tu nombre? ¿cuándo habías visto algo parecido? ¿cuándo habías escuchado las voces que te extrañan, que te anhelan, que te aman, con tanta fuerza, con tanto estruendo para hacerte saber que significas todos los tiempos y todas las memorias? ¿Lo supiste? ¿Escuchaste?

Te vi, de verdad que te vi, llevando todos los apoyos de todos los corazones. Te vi, de verdad que te vi, llevando amor donde el amor debió siempre estar. Te vi también llevando serenatas, contando cuentos, imprimiendo cuentos. Te vi volviéndote eterno. Te vi, de verdad que te vi, renunciando al espanto. Te vi con el coraje arrebatado y con lágrimas de consuelo.

Escuché que otros gigantes te admiraban. Escuché que decían que podías ser el más grande de todos, que mereces ser siempre el más grande de todos. Pero sé que ya lo sabes y sé que guiñas el ojo y sé que volteas a lo tuyo, ahí, donde el polvo se acumuló.

Y mira cómo convocas tanta esperanza. Cómo no renuncias. Cómo amas tanto.

Te escuché cantando tu himno, también canciones, también himnos universitarios. Te escuché también en el llanto. Escuché esas gotas caer que hicieron esa lluvia. Y aun así, estabas de pie, sosteniéndote en el abrazo y en el auxilio.

Y los gigantes caninos que llevaste contigo… de ninguno sabíamos, de nadie sabíamos… Y entonces ustedes avanzaron y lograron lo impensable. Yo los vi , de verdad que los vi, yendo hacia la vida, abrazando todos los instantes, abrazando todas esas respiraciones que permanecían debajo… y se alzaron tan breves, tan enormes.

Debo de reconocer algo, nunca había creído en gigantes pero bastaron unas cuantas horas para saberte, para ver tus pasos, para saber tus lágrimas y tus llantos, para saber tus glorias, tus amores… ¡cómo derramas amor sin olvidar ninguno de tus rincones!

Sábete inmortal, gigante, con tus pasos amorosos, con tus brazos fortalecidos por el polvo. Sábete el más grande de entre todos los gigantes. Mírate en los espejos (uno es el océano y el otro es el espacio) y observa tu rostro valiente, ensoñador,  amoroso.

Estos pasos son tuyos. Estos brazos son tuyos. Esta inmortalidad tan tuya. No moviste el mundo, moviste todo el universo y tus ojos y tu voz han dejado de ser misterio.

Eres y serás siempre memoria, refugio y eternidad.

Eres el orgullo valiente. Tuyo es el tiempo.

Eres el infinito en tu rostro.

Eres el principio de tu propia fuerza.

Eres el gigante de muchos nombres.

Serás siempre eterno.

ANTERIORES