Thursday, 25 de April de 2024

El bar donde Los Bukanas y Ministeriales se codean

Por Edmundo Velázquez / /

CUENTA HASTA DIEZ

Un mes antes de que Jesús Martín Mirón, “El Kalimba”, muriera acribillado dentro de la clínica EPMAC, la zona de Loreto tuvo unos visitantes distinguidos.

El equipo de Inteligencia de la Marina Armada de México tenía ya identificados los lugares frecuentados en la capital poblana por “El Kalimba” y otros miembros de la banda “Los Bukanas”.

Las colonias Lomas de Loreto, Lomas 5 de Mayo, el barrio de Xonaca y Plaza Loreto eran lugares donde se les veía sin que nadie advirtiera siquiera su presencia.

Todos, menos la unidad de Inteligencia de la Marina.

Y curiosamente, detectó también que, en un bar en específico, coincidían grupos que en teoría no tendrían nada que ver, mucho menos tenían que codearse.

Tampoco podían chocar copas. En teoría, claro.

En el bar “Trópico”, localizado en Plaza Loreto y propiedad de Carlos Cordero, se reúnen cada lunes, religiosamente, los miembros que quedan de la banda “Los Bukanas”.

Los siguen haciendo, como ocurrió el lunes de la semana pasada alrededor de las ocho de la noche.

Uno de los asiduos asistentes a los lunes del “Trópico” era precisamente “El Kalimba”.

El gatillero de Roberto de los Santos de Jesús, “El Bukanas”, se alejó de sus tierras en Tecamachalco y comenzó a frecuentar con más ahínco el territorio capitalino porque tenía una novia en Xonaca y además se encontraba en plena expansión a la zona metropolitana de Puebla.

Ahí, en ese mismo bar donde acuden agentes ministeriales de la Fiscalía General del Estado, asistía “El Kalimba”.

Y jamás lo reportaron a pesar de que lo ubicaban perfectamente.

Y los lunes coincidían. “Los Bukanas” y los agentes ministeriales.

Pero fueron más ágiles los asesinos de “El Kalimba” que los ministeriales.

Antes de buscar su detención se les adelantaron sus asesinos, su primo “El Irving”.

Bien pudieron nuestros flamantes ministeriales frustrar una masacre, otro baño más de sangre en Puebla, deteniendo cuando pudieron a “El Kalimba”.

Mención aparte merece que el propietario del lugar, Carlos Cordero, sabe de sus visitantes distinguidos y se atreve a decir que llegue quien llegue al bar, jamás lo van a cerrar.

¿Por qué? Pues porque se presume de influyente y paga cuotas por protección al comandante Marco Antonio Méndez.

De paso deja que Méndez y sus muchachos lleguen cuando quieran al bar a consumir y hacer negocios y ventas al bar.

Y no hablo precisamente de ventas de catálogo de Avón o Vianey, ¿verdad?

Así que ya sabe, los lunes se pone bueno el bar “Trópico”.

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