Tuesday, 16 de April de 2024

Lalo Rivera, el mártir del morenovallismo

Por Zeus Munive / /

Zeus ident

Menudo lío en que se ha metido el PAN poblano por el tema de la inhabilitación de Eduardo Rivera Pérez por defraudar el erario poblano. Y todo gracias a que Jorge Aguilar Chedraui y la mayoría de los diputados locales aún son las ovejas obedientes del corral de Rafael Moreno Valle (incluiditos por supuesto los priistas con todo y sus balidos).

Menudo lío porque el CEN del PAN, un expresidente de la República, un líder nacional, el Yunque en el país y los rectores de las principales universidades de Puebla han respaldado a Lalo Rivera.

Lío porque el partido blanquiazul se pudre por dentro.

El problema es que esta batalla de Moreno Valle y Martha Erika Alonso contra el ex alcalde poblano no es una batalla jurídica, no es ni fiscal ni contable, es una batalla de credibilidad, pues a eso la han llevado los enemigos políticos de Rivera. Y como la madriza que vive Lalo es de antología (y lo que falta por ver), Puebla ya tiene nuevo mártir.

Si Rivera cometió o no un desfalco es lo de menos, en la percepción del ciudadano de a pie, del que vota o no vota, del que se apuesta por otras opciones, lo que verdaderamente está pesando es que detrás de la sanción hay una intención por sacar a Rivera de la contienda en el 2018 para que Martha Érika Alonso no tenga oposición interna.

Lo grave es eso: si verdaderamente pesa la duda de la corrupción en Rivera y debe ser sancionado ya es lo de menos, lo que se ve es el fondo del planteamiento que detrás de todo está Moreno Valle.

Uno de los grandes problemas que tuvo el ex gobernador fue el pésimo manejo de su comunicación y no sólo porque odiara a la prensa, esto fue más allá, Moreno Valle construyó muchos puentes, pero le faltó el más importante: con sus gobernados, con el ciudadano. Todo lo hacía porque sí, por sus pistolas.

Menudo lío social han generado las ovejitas obedientes de los diputados locales encabezados por Aguilar Chedraui, porque ahora cuestionar la decisión del Congreso del estado nos vuelve cómplices de Rivera o apoyarla nos vuelve voceros del ex mandatario.

Estamos jodidos.

Habemos unos cuantos que creemos que Lalo Rivera no fue un santo y sabemos de su doble moral, pero tampoco festejamos su persecución política de la cual es objeto.

Para decirlo en cristiano: no creemos ni en Lalo ni en sus verdugos.

Diría Alejandro Jodorowsky: "qué posición tan incómoda".

Nuevamente fue mal manejada la comunicación y los morenovallistas pensaron que era fácil y se olvidaron de las reacciones, o quizá ellos saben algo que nosotros no sabemos.

Lo que puso al descubierto eso sí, además de la corrupción riverista, es el poder meta(ultra, re, contra) constitucional que hay en Puebla: un ex gobernador albiazul lidera la mente y las almas de diputados priistas y panistas.

Si Rivera fue o no corrupto, que esa debería ser la discusión por la transparencia de cuentas ya no importa, lo que importa es que a nivel nacional y a nivel local hay un grupo morenovallista que manda y que el verdugo acaba de poner en un nicho a su enemigo.

Creo a su propio mártir.

La batalla jurídica, al parecer, la tiene ganada el morenovallismo, pero ¿y la moral? Al parecer no, porque percepción es realidad. Y lo que perciben los panistas en el país es que no fue una batalla por la transparencia de cuentas sino que fue un final de la película El Padrino.

No obstante, esto no les importa a los morenovallistas que solo ven las cosas en dos tonos: blanco y negro. No hay escalas de grises. Y si no estás con ellos estás en su contra.

En tanto, les sugiero, lectores de Periódico Central, a los que no creen en ambos bandos sentarse a comer palomitas y ver cómo se terminan de destrozar en Acción Nacional, porque esto se va a poner bueno.

ANTERIORES