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¿Con qué cara, idiotas?

Por Zeus Munive / /

¿Con qué cara los priistas pedirán el voto en el 2018? ¿Bajo qué argumento nos convencerá Juan Carlos Lastiri a quien señalan como propietario de varias hectáreas de terrenos en Lomas de Angelópolis? Ahora que dice que él será gobernador.

¿Cómo apoyar a figuras como Blanca Alcalá Ruiz cuando se demostró que usó la alcaldía de Puebla que con tráfico de influencias se hizo de una gasolinera y de muchos terrenos y casas?  Alcalá, recordemos que en el 2016, fue el rostro de la corrupción poblana.

Jorge Estefan Chidiac es el líder priista que tiene una casa valuada en millones de pesos en La Vista y que fue uno de los impulsores de que la gasolina se compre más cara.

Ahora, gracias a la información publicada por Edmundo Velázquez el lunes pasado en este portal, nos enteramos de la nueva agencia turística: “Viajes Palomares”. Y es que la diputada federal que era de origen humilde ahora presume de sus viajes a Europa, Asia y Estados Unidos en su recién borrada página de Facebook.

Alejandro Armenta Mier, por ejemplo, que es muy gritón y muy locuaz, fue otro legislador que apoyó el gasolinazo que nos está partiendo la madrea toda la clase media mexicana.

¿Cuántos priistas conoce que de la noche a la mañana se hicieron millonarios? ¿Cuántos que fueron sus compañeros en la escuela, que usted jugaba futbol llanero y se echaba sus caguamas en la tienda de su casa ahora andan en Mercedes y BMW?

¿Con qué cara el PRI puede pedirnos que hay que apretarse el cinturón y aceptar las medidas impuestas por el gobierno federal?

¿Cómo hacerle caso a diputadas como Carmen Salinas, quien por cierto, vino en las recientes elecciones a levantarle la mano a Blanca Alcalá?

El PRI está por los suelos. Nadie ni los priistas ya creen en el PRI. Si es cierto que Juan Carlos Lastiri piensa ir por la gubernatura será para perder y para agenciarse de los recursos que envíen desde la federación.

Vaya ni el nombramiento de Juan Manuel López Arroyo en sustitución de Román Lazcano Fernández en Sedatu servirá para apuntalarlo. Los priistas no han entendido que ya fueron rebasados, que somos víctimas de sus malas decisiones, de sus abusos y de los saqueos que le han hecho a la nación.

Hay paleros en medios de comunicación que intentan justificar a Enrique Peña Nieto y al poderoso Luis Videgaray. Hay paleros aquí en Puebla que tratan de llevar al subsecretario Lastiri a la gubernatura. Pero verdaderamente no servirá de nada.

Es un hecho, el país está en crisis porque somos víctimas de las malas decisiones que se han tomado en el gobierno federal.

¿Cómo respaldar a un subsecretario federal cuando la administración en la que trabaja nos ha dejado mal parados porque nos ha hundido?

El 2017 será conocido como “el año cabrón” porque verdaderamente está cabrón. Está muy costosa la vida y cada vez hay menos oportunidades laborales, los salarios son raquíticos y el poder adquisitivo es muy bajo. Yo le pregunto al lector: ¿le ha ocurrido que un fin de semana que va a WalMart  se sorprende porque paga entre mil a dos mil pesos por unos cuantos productos que adquiere?

Bien, agradézcalo a su priista de confianza, pues han sido sus acciones las que nos están metiendo en aprietos.

El lunes pasado en este espacio sugerí que fue el PRI y el gobierno federal quienes armaron la ola de psicosis colectiva con los saqueos. Aunque no hay pruebas fehacientes de ello, porque es difícil comprobarlo, lo cierto es que tanto el partido tricolor como la administración federal tienen miedo de quedar evidenciados y pretenden establecer con pánico una estrategia para que la gente no proteste.

No obstante, es un hecho, entre más se mueven más se hunden. Estamos viviendo la peor crisis de credibilidad en la historia del país sobre el presidente de la República y su séquito de funcionarios.

No lo sé de cierto, pero así como van las cosas, el PRI en Puebla se irá a tercer lugar en los comicios del 2018 y probablemente sea la primera vez que a nivel federal llegue la izquierda a gobernar.

No es que sea algo que personalmente desee, pero es un hecho que el triunfo lo tendrá un outsider. No un candidato del sistema (llámese priista o panista) sino alguien que enfrente a esos dos partidos que nos han partido la madre y nos patean cada vez más el bolsillo.

Al PRI solo le queda una carta que se llama José Narro, ex rector de la UNAM y actual secretario de Salud, pero esa posibilidad cada vez vive en un sueño que en una realidad.

 

 

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